AMLO llama “traidores a la patria” a quienes no estemos de acuerdo con que Pemex y CFE recuperen su monopolio. Pero me pregunto por qué esa condición beneficiaría a María García, por ponerle nombre. Entre 2011 y 2021, Pemex perdió 4 millones de millones de pesos de nuestro dinero. Es decir, que a María le costó más de 30 mil pesos ser “dueña” de Pemex. Y sí le costó. Ese dinero pudo irse a construir escuelas, o se lo pudieron dar a ella, pero se fue a pagar las pérdidas de “su” empresa.
Exxon, la petrolera más grande de EU, privada como todo ese sector, generó en el mismo periodo utilidades (UAFIDA) por 12.3 millones de millones de pesos. Quizá Mary Smith, la prima gringa de María, también sea “dueña” de Exxon, pues muchos fondos de retiro y de pensiones tienen acciones, y Mary quizá lleva años recibiendo atractivos dividendos de esa empresa privada. A ella sí le ha convenido.
Exxon anunció en 2021 que invertiría 15 mil millones de dólares para eliminar emisiones de gas metano. También en 2021, una plataforma de Pemex liberó 40 mil toneladas de ese gas en la atmósfera. María García y sus hijos respirarán ese gas, 80 veces más contaminante que el dióxido de carbono. Ella no puede oponerse, a pesar de ser “dueña”.
Por ser “del Estado”, a Pemex la manejan políticos. Hoy le toca a Octavio Romero, amigo cercano de AMLO, un agrónomo que nada sabe del tema. Le pagan 1.5 millones de pesos al año. El presidente de Exxon, Darren Woods, lleva 24 años en la empresa y le pagaron 23.6 millones de dólares en 2021. Se estima que Pemex vale 5,550 millones, aunque la empresa está quebrada: Exxon vale 372,000 millones de dólares (67 veces más que Pemex). Cualquier persona, sea o no de EU, puede comprar acciones de Exxon en la bolsa. ¿Cuál país es más soberano, México pagando las pérdidas de Pemex, que cada vez son mayores, o EU que recibe impuestos crecientes y se beneficia de la tecnología que desarrolla su empresa, que además invierte por todo el mundo? Por cierto, los consumidores de EU también se benefician de que Exxon sí tenga que competir, pues eso la fuerza a ofrecer mejores productos y servicios.
CFE tuvo sus mejores años, llegando incluso a tener utilidades, cuando se permitió que empresas privadas generaran, y que grandes usuarios autogeneraran. Esto permitía que CFE comprara energía barata, generada con tecnología de punta; para luego ganar dinero al venderla a precios de mercado. La ley obligaba a que CFE comprara primero la energía más barata, sin importar quién la producía. Ahora se le da prioridad a la que genera CFE, aunque sea mucho más cara y provenga de fuentes muy contaminantes, como el carbón o el combustóleo. María García pagará más por la luz, o subsidiará ineficiencias con sus impuestos, y respirará partículas contaminantes que le pueden causar muchos males. A María y a sus hijos les costará más trabajo encontrar chamba, pues muchas empresas que querrían invertir en México no lo harán si no tienen abasto confiable de electricidad barata y limpia. ¿En qué le beneficia ser “dueña” de la empresa?
El sector energético es estratégico. El mundo intenta una transición hacia energías limpias. La guerra en Ucrania, y las elevadas temperaturas que vivimos, la vuelven urgente. México puede ser muy competitivo por su potente irradiación solar y por los fuertes vientos en muchas regiones. Inversionistas, de México y otros países, querrían desarrollarla. Esa inversión generaría empleos, haría más competitiva a nuestra industria al ofrecerle energía barata y limpia, y le daría a este gobierno recursos fiscales que le urgen. ¿Es traidor a la patria quien propone que nos subamos a tan vital transición o quien lo evita?
Hace 30 años México firmó un acuerdo comercial que nos abría la puerta para integrarnos a la región más potente del mundo. Este gobierno lo ratificó en 2018. Cuando AMLO firmó, lo hacía en nombre de María García y de todos los mexicanos. Violar ese acuerdo, nos afecta a todos. ¿No leyó lo que firmaba? ¿Faltar a nuestra palabra no es traición a la patria? Yo tengo otros datos.
@jorgesuarezv