En la lucha por la elección presidencial las corcholatas Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum pelean palmo a palmo la preferencia de los electores. La oposición en cambio solo cuenta con cartas de una baraja dispersa. Ellos se autodenominan fichas o cartas, “no corcholatas”. 

Según la medición de Buendía & Márquez, Marcelo tiene 68% en grado de “recordación” sobre 53% de Claudia y eso para el Secretario de Relaciones Exteriores debe ser un aliciente en su intención de subir en los puntos porcentuales frente a la Gobernadora de la CDMX. 

La encuesta de preferencias, de solo postulados morenistas, indica 31% para Claudia, 29% para Marcelo, 11% para el senador Ricardo Monreal y 7% para Adán Augusto López, secretario de Gobernación y de ahí para abajo, otros. 

Diría el Gran Campeón Mexicano, ¡aquí sí hay tiro! Mientras que en los otros partidos políticos hay algo menos que un round de sombra, primero porque saben que solo unidos podrán tener aspiraciones e independientes, irían a una masacre. 

Las corcholatas, en este momento, son más competitivas que cualquier otra ficha que les quieran poner y que serían personajes que tienen una mayor “recordación” (palabra que solo existe para los marketineros y no para la RAE). Marcelo y Claudia salen avantes con una ventaja de entre 25 y 30 puntos. 

Por ejemplo, si en este momento fuera el candidato Ebrard (39%), se llevaría de calle porcentual a Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano (19%) y a Margarita Zavala (19%) en caso de que la esposa de Calderón fuera por la coalición PAN, PRI, PRD. 

Claudia Sheinbaum y don Adán Augusto también ganarían a los otros dos, aunque este segundo con una ventaja de cinco puntos porcentuales que, en materia de votos, es un mundo. 

En esta encuesta también aparecen Enrique de la Madrid, Ricardo Anaya, Santiago Creel, Alfredo del Mazo y hasta Eugenio Derbez. Lo que no sé es por qué no pusieron a Alito, si es que él mismo se propone y, quieran o no, tiene un porcentaje alto de recordación. 

Posiblemente todos los escandalosos podcast y las indagatorias en su contra (de Alito) por supuesto enriquecimiento ilícito lo tienen en la mira por parte de la opinión pública, más que incluso en los partidos que conforman alianza, que lo siguen defendiendo. 

Alito, ya lo había dicho, está dejando sin un hálito de vida al propio PRI y cada vez es mayor su desprestigio, en tanto no sean capaces de prescindir de este político. 

Sin embargo, volviendo a las tendencias actuales, la oposición tiene que definir con quién se van a la contienda 2024, pero saben que antes de ello, deben pasar los escollos de las elecciones que se darán en 2023 en el Estado de México y en Coahuila. 

En el Edomex, el panorama para la oposición no pinta bien, el PAN definió a su candidato en la persona de Enrique Vargas, en tanto que Morena ya había postulado a la ex Secretaria de Educación, Delfina Vargas. 

Las encuestas de Morena le dan una súper ventaja a Delfina y otras no tanto, pero hablamos de 38% sobre algún posible aspirante de PRI o PAN, que en este instante, contarían con 16%. En este caso, no van con un candidato en común. 

La ventaja de un partido por separado es de 22 puntos porcentuales, en cambio, si fueran juntos, PRI, PAN y PRD, la desventaja sería en principio de únicamente 7 puntos. 

En Coahuila, que no es el laboratorio político como el Edomex (que sí es, hasta ahora, el enclave del PRI), también se renovarán 25 diputaciones locales, no se han definido los candidatos, pero la alianza Va por México en las encuestas más recientes (El Financiero) logra 47%, por encima de la coalición que encabece Morena, con 44%. 

Como electores, los ciudadanos deberemos de estar atentos a la información que se genere respecto a la gran contienda electoral 2024. No se trata de cualquier cosa, se refiere nada más y nada menos que a nuestro futuro como Nación.

 

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