Entorpecer intencionalmente las operaciones del AICM para impulsar el AIFA habla de un desprecio hacia los ciudadanos de los señores del gobierno.

Nadie lo vio, ni antes, ni durante, ni después: lo único cierto es que más de 20 vuelos fueron demorados o desviados el viernes por la noche (de 8:22 a 8:50 pm) en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México quesque porque había un “perro” en la pista. Se suma esta demora a muchas otras que ha habido, unas porque deciden “bachear” las pistas o porque se les está dando “mantenimiento”, y otras por pretextos tan inverosímiles como la del can fantasma.

Mientras, en el Aeropuerto de Toluca (la tercera pata de la mesa que sostiene el sistema aeroportuario del Valle de México) un día sí y otro también “por mantenimiento” CIERRAN la pista principal de 10:00 am a 5:00 pm y cancelan todos los vuelos durante ese periodo.

Enmarcado todo lo dicho líneas arriba dentro del anuncio presidencial de que renovar la Terminal 2 del AICM sería necesario “porque se está cayendo”, y que se reducirá el número de vuelos llegando y saliendo del AICM, y caeremos en la conclusión de que las “demoras” en aterrizajes y despegues en lo que es el principal y más importante aeropuerto de México son fabricadas artificialmente por el mismo Gobierno vía la autoridad aeroportuaria. ¿Y por qué? Para presionar a las aerolíneas a que se muden al AIFA (Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles) que luce más vacío que el estómago de un pordiosero en ayunas.

Está demasiado lejos e inaccesible de la mancha urbana ese aeropuerto, y por lo tanto su uso no resulta práctico para los usuarios, quienes lo desdeñan y desprecian. Estará recién construido, pero no posee -ni por asomo- la magnitud, tamaño y funcionalidad de un aeropuerto que sirve como la entrada internacional a nuestro País y le da servicio a una de las ciudades más grandes del mundo.

Sólo que, como estamos viendo, lo que menos le importa al Gobierno de la 4T (Cuatro Tardanzas) son los usuarios, los ciudadanos y los viajeros nacionales o internacionales. No parecen pensar estos señores que es responsabilidad de todo Gobierno apegarse a cumplir las necesidades de los ciudadanos. Más bien piensan estos cuates que los ciudadanos nos debemos apegar a los caprichos del Presidente.

Reina, pues, en este País la imposición: no nos toca a los mexicanos -bajo este régimen- pensar, desear o expresar, sólo obedecer. El Tlatoani Pluma Blanca decide que ahora hay que usar el AIFA, y queramos o no, ¡pa’llá nos mandan! Y si nos resistimos o no queremos ¡no importa!, les haremos imposible utilizar cualquier otro aeropuerto cercano para forzarlos a usar el que el Presidente ordena.

Las necesidades de los usuarios son -para ellos, o para él- ya ni siquiera secundarias, ¡terciarias!, como lo es también la IMAGEN DE MÉXICO ante nosotros mismos y ante los extranjeros. Las grandes capitales del mundo gozan de grandes aeropuertos, usualmente más de uno, gigantescos, funcionales, seguros y modernos. Londres, así como Tokio, son ejemplos que se presentan en automático.

Aquí, en lugar de ello, le pretenden dar el lugar de preponderancia a un aeropuerto (el AIFA) chiquito, inconexo, impráctico e inseguro, que en lugar de engrandecer la imagen de México, la achica. Lejos de ENTORPECER intencionalmente las operaciones del AICM debería este Gobierno INVERTIR dinero en él para MEJORARLO y ampliarlo. Pero no reduciendo sus operaciones, como lo fuerzan actualmente, sino manteniéndolas y realizando los trabajos con inteligencia y con miras a conservar y acrecentar su funcionalidad.

A leguas se nota que en lo que es la principal puerta de acceso a nuestro País hace falta limpieza, mejorar instalaciones, nuevos baños, remodelaciones, orden y muestras claras de que México es -y aspira a ser- un país del primer mundo. 

Resulta absurdo, por ejemplo, que por razones artificiales -porque a alguien se le ocurrió- se le imponga al AICM un LÍMITE a la cantidad de operaciones que pueden realizar por hora.

Primero eran 61 y ahora le bajaron a 49, esto sin que el límite tenga que ver con la cantidad de vuelos que realmente pueden manejar los controladores aéreos, o el aeropuerto mismo, sino por caprichos de “quienes mandan”. Y con el propósito expreso de intencionalmente causar demoras, inconvenientes, al mismo tiempo que se presiona a las aerolíneas a que trasladen sus operaciones a la ex base aérea militar de Santa Lucía.

Mientras, está la INEPTITUD de este Gobierno que simplemente NO PUEDE rescatar la Categoría I para nuestras aerolíneas, éstas están impedidas de crecer y expandir sus rutas hacia Estados Unidos, ah, pero eso sí, las aerolíneas extranjeras están incursionando con más fuerza en nuestro territorio con rutas internacionales (recientemente Frontier comenzó a operar rutas de Las Vegas hacia y de México, y Spirit de Austin hacia o de México) incrementando la COMPETENCIA para ellas, justo en momentos en las que han quebrado aerolíneas nacionales y Aeroméxico tuvo que reestructurar.

Esta 4T se mete autogol tras autogol, ¡y ni siquiera se da cuenta ni le importa! Pero mientras, crece y crece su “movimiento” político. ¡ya hasta perros han reclutado!

 

 

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