Cualquier analista de la política y las ideologías al tomar como tema obligado los procederes, características, impulsos, ideas de nuestro actual Presidente, para definir su rumbo y metas, se va a encontrar con una maraña, especie de entretejido más que conceptual, práctico.
Uno de los fundamentos del entramado del Presidente, es “primero los pobres”. Ello sin poder conceptuarlo a manera de ideología, podría ser excelente estructura de cambios. Si resultara al menos un propósito verdadero.
Para alcanzar esa meta se requeriría montarla en una ideología.
¿Por qué?.. La respuesta es sencilla: toda vez que los seres humanos en su gregarismo, buscan la solidaridad para realizarse.
En ese realismo que la humanidad ha experimentado, desde antes de los griegos, se buscaba lograr la ley, la equidad y la justicia.
Su lema, el de López Obrador,  “primero los pobres”, es cantaleta y bandera, que repite y tremola constantemente. Y sí, reparte recursos económicos entre sus seguidores, hombres  y mujeres, lo que en las urnas le ha dado un apetitoso resultado.Ganó la Presidencia con mayoría indiscutible. Más de treinta y tres millones de sufragios lo llevaron al sitial o sea a la Silla del Águila. 
Lo lamentable fue y es que contó y cuenta con un equipo de asesores obsequiosos. Que le leen el pensamiento o adivinan sus deseos, de donde formulan programas destinados al fracaso o imposibles de ejecutar. Así se desperdician recursos, como el Banco del Bienestar que al no operar, en Telégrafos se siguen pagando esos dineros.
Es una muestra de los desatinos como la de borrar el Seguro Popular que operaba con diez de calificación. Lo que se implantó carece de estructura, materiales y mística. Los niños con cáncer, en el abandono, porque el régimen de la Cuarta T, no ve para ese lado. Los inocentes enfermos, no le importan.
Pero lo peor de los arrebatos lopezobradoristas está en su afán por desmantelar instituciones, estructuras fundamentales de la República para modificarlas a su servicio y el de su partido.
El último zarpazo ya está en marcha: ¡destruir el INE! Instituto Nacional  Electoral, para tener uno nuevo, forjado al capricho de él y al servicio de Morena. Ese impulso, afortunadamente ha sacudido la conciencia nacional a grado que grupos, personas y sectores sociales han alzado la voz, para tratar de impedir ese crimen de lesa democracia. 
Hasta ahora previo al evento protestatario, AMLO se ha burlado y hasta denostado grupos, personas, convocantes. Condena ya a quienes caminan por los senderos de la ley, para protestar e impedir un retroceso democrático.
Dado el talante de don Andrés Manuel, auguro que va a decir que los escuchó pero no los entendió. Y él, como tiene el cetro en la mano y la mayoría de legisladores hará la reforma al INE como se le antoje.
A quien pregunte qué es AMLO, ideológica y programáticamente hablando, se le podrá definir como autócrata, absolutista, todos con él y todo el poder para él.
De lo que no está consciente López Obrador es de que los seres humanos, por naturaleza somos finitos.
 

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