Llama la atención que ya hasta el pudor perdió el presidente López Obrador, quien sin disimular está dando órdenes de cómo debe ser la marcha en su apoyo.”

No sabíamos, pero quizá habrá que reconsiderar, que México tenía dueño y que este dueño es el Presidente y que todo lo que en México existe “es suyo”.
Todo el mundo y su perro sabe que la marcha del domingo 27 en apoyo a sí mismo está siendo organizada por las entidades que controla el partido del Presidente y que esta organización necesariamente implica el empleo de recursos públicos.
Los camiones que llevarán a los acarreados, el lonche que les regalarán, las banderolas, camisetas y botones de apoyo al Presidente saldrán del erario.
Como salen también de la misma manera los recursos hacendarios que en dádivas reparte el Presidente y que crean en ciertos grupos vulnerables una DEPENDENCIA insana, misma que es la que los hace convertirse en materia dispuesta para ser acarreados a la marcha.
Llama la atención que ya hasta el pudor ha perdido el Presidente, pues ahora ni se esfuerza en disimularle, ni siquiera tantito, que él ordenó la marcha para ser apoyado.
Y que, por tanto, es “mi marcha”, pero además con todo el desparpajo de lo que un político es capaz -y que resulta no poca cosa- afirma que “no quiere acarreados” a SU marcha.
La neta es que si este señor no fuese político pudiese fácilmente ser un actor versátil, uno que se apega a un guion inverosímil con la convicción de un fanático que se cree sus propios inventos.
Seguramente piensa que dentro y FUERA de México la opinión pública masiva va a comprar la versión de que a “su” marcha, organizada desde y para la Presidencia, asistirán puros espontáneos.
Que la gente saldrá a la calle voluntaria y multitudinariamente a apoyar también su descabellado y antidemocrático intento de destruir al INE para crear un organismo electoral a su modo.
Estamos presenciando una tragicomedia: trágica por los efectos polarizantes y dañinos para México que se derivan de una pérdida de brújula en el Poder Ejecutivo, que lo lleva a abiertamente desafiar el mandato constitucional de “gobernar para todos”, y al mismo tiempo comedia, ya que los posicionamientos, justificaciones, contradicciones y guasa mañanera parecen salidos a calca de una película de Cantinflas.
Afirma este señor que “no quiere acarreados” a “su marcha”, si en este mundo mandara Zeus, dios del Olimpo, este señor estaría ahorita mismo en el Hospital Militar recibiendo suturas en la lengua para cesar la hemorragia producto de tanto mordérsela.
Lo peor es que mientras, en el mundo de deveras, no el de fantasía, le mandan desde el Primer Mundo claras SEÑALES de desaprobación, mismas que este señor no capta, o quizá no le importan, dado a que para él lo prioritario es “su marcha”.
Nos referimos, por supuesto, al RECHAZO absoluto y estrepitoso que sufrió el Gobierno del presidente López en su intento de que eligieran a Gerardo Esquivel, subgobernador del Banxico, para dirigir el Banco Internacional de Desarrollo.
Perdió el candidato del señor López por paliza extrema ante el candidato brasileño.
Demostrando con ello que para los “machuchones” del Primer Mundo ¡hay de izquierdas a izquierdas!
Una cosa es el moderado Lula da Silva y otra muy diferente los tiranos amigos de López, tales como Ortega de Nicaragua; Maduro de Venezuela, y Díaz-Canel de Cuba, cuyos pasos pretende emular.
Debería quedarle claro a estas alturas al dueño de la marcha del domingo que sus políticas no están siendo bien vistas en los organismos internacionales que inciden en el manejo de la economía global.
Que el ATACAR en lo personal -con puros inventos y teorías mafufas- a ciudadanos productivos que generan empleos y apoyan el crecimiento económico en México resulta ser algo que NO HACE JAMÁS el Presidente de ningún país democrático.
Sólo en las dictaduras absolutistas, como sucedió en Alemania con Hitler y la persecución de los judíos, sucede que un Presidente que gobierna para todos se lance desde su investidura a atacar y señalar a personas o grupos sólo porque desde sus febriles elucubraciones los percibe como enemigos.
¡Por cosas como éstas es que no le aprobaron a su candidato al BID!
Este señor no debería invertir su tiempo y RECURSOS públicos en organizar marchas para autoalabarse.
Debería mejor estar pensando en cómo crear en México un clima amistoso para la INVERSIÓN, en darle CONFIABILIDAD a su Gobierno, en dejar de obstaculizar la generación de energías limpias, en concentrar a los militares en la labor de pacificación y no involucrarlos en la vida pública en todo el País y traerlos metidos en todo y expuestos a ser corrompidos irremediablemente por los cárteles de la mafia traficante.
Existen mucho mejores empleos de su tiempo como Presidente que dedicarse a picar buches y organizar manifestaciones con recursos públicos para ser aplaudido y ensalzado.
Lo anterior no sólo no apoya la buena marcha de México, sino que acarrea consigo un efecto contrario, pues lo pinta en toda su dimensión como un gobernante al estilo caudillista, al estilo Castro, y no como el Presidente de un país moderno y progresivo.
Lo triste no es tanto que se pinte a sí mismo como una parodia del demagogo, sino que se lleve de encuentro con sus desplantes a todo México, quien es -a fin de cuentas- el que pagará el costo de sus numerosos desatinos.
 

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