Hace seis décadas Arturo Okun, uno de los economistas más ingeniosos que ha tenido Estados Unidos, ideó una medida del bienestar social que hoy se conoce como el índice de la miseria. Consciente de que no solo el desempleo incide sobre el bienestar de los trabajadores sino también la inflación, la cual afecta especialmente a los más desprotegidos, a Okun se le ocurrió agregar en un solo índice los dos indicadores mencionados.
Tal índice de la miseria ha sido estimado para muchos países del mundo, incluido México, y ha sido además ampliado para considerar otras variables que pueden también reflejar la desprotección social que se tiene en cada país. Entre esas nuevas variables, la única que nos parece adecuada para México, por su importancia y disponibilidad de cifras, es el producto interno bruto (PIB) por persona, pues ese valor puede tomarse como un indicador del ingreso monetario que tienen los mexicanos.
Así pues, un índice anual de la miseria en nuestro país podría ser estimado sumando el porcentaje del desempleo laboral, el porcentaje de la inflación y el negativo del porcentaje del crecimiento del PIB por persona. El signo negativo de este último componente es debido a que existe una reducción de la miseria, no un incremento, cuando hay un crecimiento del ingreso personal.
Pues bien, de acuerdo con esa definición del índice, ¿cómo ha evolucionado recientemente la situación de miseria en nuestro país? Para no extendernos demasiado, solo comentaremos aquí acerca de los valores anuales del índice durante los dos sexenios anteriores y el actual.
En 2007, el primer año de gobierno de Felipe Calderón, el valor del índice fue alrededor de 6.5, pero la miseria creció en los dos siguientes años. Esto debido a la Gran Recesión Mundial que se incubó en 2008 e hizo erupción en el 2009, cuando el índice de la miseria en México escaló hasta un 15.6. Durante los siguientes tres años los valores del índice volvieron a ser similares al que prevalecía antes de la crisis, con un promedio de 6.3.
Para 2013, al inicio del sexenio de Peña Nieto, el índice de la miseria había crecido hasta 8.6 debido a un magro crecimiento. Pero una caída notable en la inflación durante los siguientes dos años contribuyó a llevar el índice a 4.3 en 2015, el menor valor durante los periodos considerados. Un nuevo repunte de los precios y un insuficiente crecimiento llevaron a que en el resto del sexenio el índice se incrementase a 7.3 en promedio.
La inflación durante el primer año de gobierno de López Obrador, en el 2019, fue la menor durante todos los años considerados, pero una caída de 1.2% en el PIB per cápita hizo que el índice de la miseria no se redujera. Un año después sucedió la catástrofe ocasionada por la pandemia y el índice de la miseria se incrementó a 16.2, el mayor registrado. El posterior repunte inflacionario que padecemos ha hecho que el índice sea hoy del orden de 10.
Lo anterior se puede resumir en términos de promedios del índice. En orden ascendente, el nivel de la miseria en el sexenio de Peña Nieto fue 6.9, en el de Calderón fue 8.8 y en el de López Obrador es 10.2, hasta el momento.