Cuando un ciudadano es vulnerable, todos los ciudadanos somos vulnerables.
Si le puede pasar a uno, le puede pasar a todos.
De ahí que adquiera gran importancia cívica que las autoridades logren responder a DOS PREGUNTAS que el intento de asesinato al periodista y comentarista Ciro Gómez Leyva generan:
1. ¿Quién ordenó el atentado?
2. ¿Cuál fue el motivo?
Tanto la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, como su Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, y la titular de la Fiscalía de la Ciudad, Ernestina Godoy, afirman que en este caso hay pistas sólidas, que la investigación avanza y que “el caso se resolverá”.
Para que realmente quede resuelto no basta con detener a los pistoleros motociclistas, o a quienes los seguían en el coche negro para cerciorarse de que hicieran lo que hicieron, sino que es preciso dar con los “autores intelectuales” del atentado y, como decíamos, con el móvil del mismo.
En este nuestro México -lamentablemente- en muchas ocasiones estos casos se “resuelven” REVICTIMIZANDO a la víctima.
Es decir, imputándole al blanco del atentado la culpa o causas del mismo.
Esperamos que no suceda en este caso, no sólo por el señor Gómez Leyva y lo que es la práctica del oficio de informador en este País, considerado el país más mortífero del MUNDO para la prensa, sino para beneficio de la sociedad a la que le URGE recuperar no sólo la paz, sino la confianza en sus autoridades y en la impartición de justicia.
Sobre todo en este caso específico, ya que el blanco del atentado SIMULTÁNEAMENTE había sido víctima reciente de agresiones e insultos por parte del Presidente de la República.
¡Dios nos libre que resultara que lo uno fuera CAUSA de lo otro!
Si acaso hubiese alguna conexión, aun tenue, ¿lo informarían las autoridades?
Que quede claro: no pretendemos acusar a nadie ni afirmar que porque el Presidente haya puesto a Ciro Gómez Leyva (y a otros) como lazo de cochino en sus filípicas cotidianas se haya desatado el atentado, no.
Pero dicho esto, no es descartable tampoco que alguien afín al Presidente “por quedar bien” haya decidido emprender la intimidación por su cuenta.
Debe señalarse, precisamente debido a esta causa lo dañino que resulta que el Presidente -desde la investidura que le otorgaron los mexicanos, vía el INE- abuse de su poder para insultar, denostar y agredir a simples ciudadanos por su NOMBRE, convirtiéndolos con sus invectivas en BLANCOS indefensos para sus seguidores fanáticos.
A más de cuatro años de su Gobierno, ya es hora de que asuma la responsabilidad de los errores que ha cometido, de sus pifias, de las malas ideas implementadas, pero sobre todo, del manifestar -sin filtros ni matices- sus muy personales resentimientos y agravios contra grupos o personas, generando con ello una peligrosa DIVISIÓN.
De lo que acontece HOY en México sólo existe un responsable: el Presidente de la República.
Fue él quien ordenó desarmar el sistema existente de distribución de MEDICINAS, que aunque perfectible, cuando menos funcionaba.
Nadie más que él es el responsable de que miles de niños con cáncer se hayan quedado sin medicamentos oncológicos.
Sólo el señor López carga con la culpa de zapar el funcionamiento del IMSS y del ISSSTE.
La “estrategia” de “abrazos, no balazos” para quesque combatir la violencia es de él y sólo de él, por lo mismo, su fracaso no puede imputarse -y la historia no lo hará- al “bloque conservador”, menos aun a quien señalan sus constantes pifias y desatinos.
¿A quién se le puede imputar la MILITARIZACIÓN total del País si no es a él?
¿Desde cuándo defender a la sociedad civil de sus constantes violaciones a nuestra Constitución por una autoridad federal que se inclina abiertamente por el totalitarismo es un delito?
Existe aún en este NUESTRO México -que no es suyo- garantizadas en nuestra Constitución las libertades individuales, entre ellas, las de libertad de expresión, de pensamiento, de prensa.
Si tuviese una pizca de pundonor y de sentido democrático debería avergonzarle profundamente al actual Gobierno que México sea el #1 en asesinatos de periodistas a nivel mundial, incluyendo países en guerra.
¡Vaya logro como para que se enorgullezca la Cuarta Detonación!
Pese a lo anterior, la tónica no ha cambiado: constantemente el Presidente denigra, agrede e insulta no sólo la profesión de informador, sino que tanto de manera encubierta como abierta INTIMIDA a quienes la ejercen.
Observen ustedes: en ninguna mañanera ha señalado claramente, menos denunciado, a los SICARIOS que en Zacatecas le ASESINARON a un COMANDANTE, General del Ejército, de la Guardia Nacional.
Para este señor López es PEOR afrenta disentir de él y criticar sus desatinos que ASESINAR A UN GENERAL DEL EJÉRCITO MEXICANO: algo anda mal.
Aclaren, pues, autoridades capitalinas el atentado, pero, ¡aclárenlo con apego a la verdad!