COLUMNISTA INVITADO | Alberto Aziz Nassif

A lo largo de este año que termina se han librado al menos tres grandes batallas que definen el carácter del régimen de AMLO y su 4T: la reforma eléctrica y todo el modelo nacionalista-estatal que tiene como objetivo recuperar el papel del Estado en materia de energía y de hidrocarburos (Fundar, 2022). La militarización completa de la seguridad pública, como una forma de dejar de lado un intento serio por tener policías civiles. Y una reestructuración a fondo del modelo electoral del país, con una transformación del INE y la dinámica para organizar comicios en el país. Cada una de estas batallas marca los ejes que mayor definición le dan al actual gobierno: recuperación pública de lo energético en una matriz extractivista; militarización del país; y debilitamiento de los órganos constituciones autónomos.

1.- La batalla por lo energético se planteó con el objetivo de echar abajo la reforma que se hizo en el sexenio pasado en donde se dio entrada a los inversionistas privados y se rompió el monopolio estatal. AMLO estableció —a través de una nueva ley eléctrica— un cambio que deja a los privados, nacionales y extranjeros, en una posición de minoría y con una suspensión de los proyectos de participación del capital privado. La lucha legislativa tuvo varias etapas, la ley en 2021, que llegó como controversia a la SCJN; luego la reforma constitucional, que no tuvo los votos suficientes; y la ley que nacionalizó el litio. Con estos ejercicios legislativos se generó un proceso que le aseguran al presidente un triunfo porque al no reunir los ocho votos de la SCJN, su iniciativa se queda en firme, aunque los impugnadores tengan parte de razón en sus reclamos.

2.- La batalla por la militarización tuvo varios episodios. Mientras que la oposición declaró una suspensión legislativa para no pasar ninguna iniciativa de reforma constitucional, se hizo trabajo sucio en contra del líder del PRI, un político con una larga lista de puntos débiles para ser extorsionado que enfrentó un dilema: apoyar una reforma constitucional con sus votos o someterse a un desafuero y a la justicia. Así, el gobierno logró mover el plazo de un artículo transitorio. AMLO transfirió la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa y alargó la tarea de las fuerzas armadas en labores de seguridad hasta el año 2028, una extensión de 4 años. Estos cambios forman parte de un paquete grande de tareas que realizan los militares y que antes estaban en manos de civiles. Estamos frente a uno de los mayores empoderamientos militares del país desde que llegaron los gobiernos civiles a finales de los años cuarenta.

3.- La tercera batalla fue contra la autonomía. Resulta la pugna más extraña, pero obedece a la misma lógica de control de lo que es un gobierno de partido dominante. Los órganos constitucionales autónomos, que realizan tareas de Estado, independientemente del partido que gobierne, han sido un blanco de ataque, porque se les captura como ha sucedió con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que ahora está completamente al servicio del gobierno, o se les debilita, como se quiere hacer con el INE. Bajo el pretexto de la austeridad se recortan recursos y se lastiman sus capacidades; se intentó una reforma electoral a la Constitución y no se logaron los votos suficientes; luego vino el “plan B”, con una reforma a las leyes secundarias que violentan varias normas constitucionales, y destruyen partes fundamentales de esa institución, como el servicio profesional. Como pasó en materia eléctrica, se apuesta a que en la SCJN no junte los 8 votos para echarla atrás y se quede como las reglas para organizar la sucesión presidencial de 2024.

Este régimen definió en este 2022 algunas de sus características más relevantes, por las que será recordado. Pasará a la historia por habernos regresado a la época del partido dominante, con un hiperpresidencialismo que debilitó los contrapesos y fortaleció la militarización; por su retórica de polarización; por no poder bajar las altas tasas de violencia, asesinatos dolosos, desapariciones y feminicidios; y esperemos que no ponga en riesgo las próximas elecciones. Adiós al 2022…

Investigador del CIESAS

@AzizNassif

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *