León, Guanajuato.- Una vez que terminé mi jornada en la Feria de León 2023 decidí tomarme un carajillo en el Pabellón Guanajuato y al salir vi algo que me llenó de mucha alegría.
Se trataba de la Panadería San Sebastián -tengo que admitir que soy cliente frecuente de ese lugar- pues solo una vez al año vienen a León, tiene dos sucursales: una en San Miguel de Allende y otra en Guanajuato Capital.
Mi experiencia la voy a comparar con las caricaturas, recuerdo que en una ocasión el Pato Donald pasó por un lugar donde había una tarta de fresa, y el aroma tomó la forma de un largo brazo que lo incitaba a comer. ¡Así me pasó!
El delicioso aroma a pan recién horneado me llevó a caminar unos pasos y pedir de sus más cotizados: ‘las conchas de vainilla y chocolate’.
Se preguntará: ¿y eso qué? Pues a favor de la San Sebastián puedo decir que son peculiares porque dentro tienen biznaga, nueces, pasas, sin mencionar que tienen una capa crocante con pequeñas pizcas de azúcar.
Los que hemos probado sus delicias sabemos que hay que adoptar el modo cacería, pues otras de sus estrellas son las empanadas, que en ciertos horarios se acaban rapidísimo.
Les recomiendo las de atún y rajas, las que personalmente he probado y no me arrepiento.
El éxito de esta panadería no solo son sus ingredientes, sino el amor con el que hacen las cosas -recuerdan que se llega al corazón pasando por el estómago-.
Los trabajadores ponen tanta enjundia que a uno se le pasan volando los minutos de espera; puedes observar cómo el panadero toma la pasta de hojaldre, escarcha con harina, para después hacer magia con las manos.
Cuando me retiro de la redacción a la feria, les pregunto a mis compañeros si quieren una concha -ya convencí a mi editora Cindy y según yo, quedó encantada jeje-, pero aún me falta invitarles a más compañeros, y es que me gusta compartir cosas que a mi modo de ver elevan mi frecuencia vibratorio y me hacen feliz.
Las conchas tienen un precio de 45 pesos, pero no te duran nada, y no es porque sean pequeñas sino porque están demasiado buenas que hasta las migajas te comes.
Esa fue mi experiencia y quise compartirla con ustedes, porque más que hacer un pan exprés, esta marca le impregna el olor y sabor equivalente a estar un día de descanso, donde tomas tu cafecito, te comes tus chilaquiles y rematas con un panecito.
Vayan con ellos, les juro que no se van a arrepentir -de mí se acuerdan-.
¿No has ido a la feria? ¡Date una vuelta! Si te engentas ve temprano entre semana para una mejor experiencia. Los veo hasta el 7 de febrero. ¡Adiosito!