León, Guanajuato.- Caminando a la redacción después de una madrugada de trabajo reflexioné sobre la importancia de la feria en nuestras vidas, y en ese pedacito de recuerdo entró la nostalgia de los globos de helio.
Es que hace apenas unos años los vendedores con globos de helio eran lo más top de lo top, apenas entrabas a la feria, veías los racimos de globos elevándose en el aire; te dabas cuenta que alguien visitó el lugar cuando los veías llegar con su globo a la colonia.
También era la estrategia de muchos enamorados; en el caso de mis hermanas, recibieron este singular regalo de parte de sus parejas o simplemente, eran la declaratoria de amor después de una tarde de cita en la feria.
Don Gonzalo, quien tiene más de 25 años trabajando en la feria, recuerda que los globos eran el negocio más socorrido por los vendedores ambulantes en León. Quienes se dedicaban a vender globos en el centro, invertían en la renta de tanques de gas para ese negocio. En aquel entonces, un globo grande -sin ositos dentro- tenía un costo de entre 100 pesos.
Recuerdo mucho cuando tuve mi primer globo como a los 10 años, como mi cumpleaños cae en temporada de feria, mis papás me adelantaban mi regalo con ese pequeño detalle -mis papás me regalaron un globo de varita en forma de delfin-. Cuando el globo expiraba -porque no es como hoy, que los puedes ir a rellenar a las tiendas- los guardábamos en viejos libros o libretas de apuntes.
Cuando mi hermana terminaba con sus novios, esos pedazos de la feria se tiraban a la basura, con el recuerdo de lo que fueron: un momento de felicidad.
Pero poco a poco y con la innovación que nos alcanza, los globos fueron desplazados por cosas más curiosas: globos con leds, que nos encantan por su peculiaridad y brillantez.
Muchas generaciones crecimos con los globos de helio, algunos tenían forma de corazón, otros de figuras de Disney o animales especiales.
Ahora solo quedan en nuestra mente como recuerdo de lo que fueron y que aunque existen, no es como antes, que eran sinónimo de feria -hoy dicen que hay escasez de helio ¡no puede ser!-.
En mi caso, cuando los recuerdo, vienen a mí imágenes de señores llevándolos a cuestas -mi duda era siempre cómo no se iban volando con tanto globo-, me gustaba que siempre se ponían en el área de comida y de ahí tenía la esperanza de que me compraran uno.
La otra vez compré un globo de led, no me duró tanto, porque se le empezaron a caer los foquitos, se desinfló y la verdad, no sentí la espinita de guardarlo.
No sé ustedes, pero este tipo de elementos hace que regrese a la feria, solo de pura nostalgia. Nos vemos hasta el 7 de febrero en la feria. ¡Adiosito!
