Repasemos la historia a vuelo de pájaro. La guerra de independencia duró 11 años, de 1810 a 1821. México nació con sangrientas heridas. Iturbide disolvió el congreso y Guadalupe Victoria fue el único presidente que lograra terminar su mandato. Padecimos la invasión de Barradas, en 1829, cuando España intentó recuperar la Nueva España, asistimos al primer golpe de Estado ejecutado por Vicente Guerrero, quién se negó a aceptar su derrota electoral a manos de Gómez Pedraza. Guerrero e Iturbide, entre otros tantos líderes políticos anteriores a ellos, fueron fusilados o asesinados.
Las nuevas constituciones, como las 7 Leyes, nos costaron divisiones internas y la independencia de Tejas, con “J” y facilitaron el acceso de Santa Anna al poder en 7 ocasiones. ¿Ya.? ¡No! En 1838 nos invadieron los franceses durante la llamada Guerra de los Pasteles. Y en 1848 Estados Unidos nos despojó de más de la mitad del territorio nacional después de una guerra alevosa e injustificada, pero nos volvimos a poner de pie. De 10 en 10, ahora, en 1858 estalló la Guerra de Reforma que concluiría en 1861, solo para que en 1862 nos volvieran a invadir otra vez los franceses hasta que Juárez, afortunadamente fusiló a Maximiliano en 1867. Nunca nos rendimos.
En 1876, Porfirio Díaz, otro golpista, derrocó al gobierno de Lerdo de Tejada. La dictadura de 35 años concluyó con el estallido de la revolución mexicana que se alargó con el salvaje asesinato de Madero y concluyó cuando Obregón y Carranza derrotaron a Villa para dar lugar a la paz y a la promulgación de la Constitución de 1917. México estaba exangüe, pero nos levantamos del polvo.
Cuando Carranza quiso eternizarse en el poder al imponer a Ignacio Bonillas, un monigote, como su sucesor, fue masacrado a balazos. Obregón traicionó la Constitución y se reeligió para acabar también masacrado a balazos en 1928. La ley del revolver se impuso para extinguir los apetitos reeleccionistas. México luchaba por la democracia. Después de más de 70 años de la Dictadura Perfecta nos encontramos entre sus claroscuros, con 50 millones de compatriotas en la miseria, México, ni así sucumbió.
Se dio la alternancia en el poder con Fox y Calderón, las instituciones quedaron intactas, pero el escaso desarrollo social, hizo uso de la palabra para nombrar a Peña Nieto, un constructor de reformas estructurales de gran futuro, pero la escandalosa corrupción y sus pactos secretos de impunidad con López Obrador, lo convirtieron en uno de los más grandes traidores a la patria de los que se tenga memoria. Peña Nieto le pavimentó el camino al populismo y a la tiranía para dar marcha atrás a las manecillas de la historia, sí, pero México resistió y resistirá.
¿Qué tan fuerte es México? AMLO, el “gran Desposibilitador”, llegó al poder para destruir a México como un poderoso tsunami que arrasa con todo a su paso. Hemos resistido asonadas, golpes de Estado, el paso de los tiranos, revoluciones, invasiones extranjeras, movimientos armados, protestas sociales como la del 68, catastróficas devaluaciones monetarias, guerras entre hermanos, tasas de inflación de tres dígitos, fugas de capitales, amenazas de distinta naturaleza, pero aquí estamos, dolidos y frustrados, pero empeñados en resistir el paso devastador de la 4T, diseñada para destruir todo aquello que con sangre sudor y lágrimas, construyeron nuestros ancestros, nuestros abuelos, nuestros padres, nosotros mismos, al igual que prosiguen la tarea nuestros hijos y nietos.
México es tan poderoso que resistiremos la devastación institucional, económica, política, electoral, educativa, ecológica, monetaria, económica propuesta por AMLO a la cubana, de la misma manera en que superamos a criminales como Victoriano Huerta y populistas como Echeverria y López Portillo, porque así somos los mexicanos, poderosos, luchadores y emprendedores. Ya pronto acabará la pesadilla, pero es justo recordar el poder del mexicano. La historia lo demuestra. Hemos vencido a los “emisarios del pasado” y los volveremos a aplastar. La cárcel tiene las puertas abiertas para quienes atentan en contra de la República y lucran con las miserias de la nación. AMLO nos ha lastimado, sí, pero no nos ha derrotado ni nos derrotará.