Nuestro presidente al tomar el alto mando del país prometió cumplir y hacer cumplir la Constitución, sin embargo, ya frente a la realidad, hizo de la Carta Magna un instrumento a su antojo.
De otra manera no se puede entender ese grotesco juego de sus “corcholatas”.
En una democracia auténtica, real, verdadera, el presidente aguardaría las voces y demandas del pueblo para hacer un pronunciamiento.
Pero él no, como se lo devora el apetito manipulador puso en juego sus corcholatas, de las que solamente le queda una. Claudia se desvaneció en un abuso de confianza con inversiones muy cuantiosas que mostraron su apetito político exagerado a grado de invertir el desplegados a su favor en varias partes del país. 
Y además al soportar un desastre en las caídas y tragedias del Metro ella, por más que se quiera ya no podrá ser la candidata.
El tabasqueño que está en Gobernación tampoco tiene los alcances para encumbrarse.
Ya lo hemos dicho en otras ocasiones que a Andrés Manuel le queda solo una ficha.
La gran pregunta, para él y para el pueblo es si quien va a ser nominado por él en su momento le será obediente en todo por todo y para todo.
Quienes observamos la realidad creemos que el mundo ha cambiado en todo por todo y para todo.
Desde que Andrés Manuel se vino de su rancho a tratar de gobernar un país con decisiones que en mucho resultaron fantasía.
Quien le reemplace en el poder no podrá, aunque quiera seguir, la construcción de un país con base en una “democracia” que tiene como prioridad primero los pobres para hacerlos serviles al régimen imperante como así ha resultado.
Sin embargo, no nos embriaguemos con la ingenuidad.
Andrés Manuel va a ganar las elecciones venideras con un porcentaje muy elevado.
¿Qué le queda a la oposición pensante y actuante? Organizarse y proceder de manera razonable y escalonada para recuperar los espacios que la demagogia le arrebató.
Se requiere para ese nuevo proceso político que partidos, agrupaciones y ciudadanos conscientes abandonen la soberbia para entender que solamente podrán rebasar al Peje y sus acólitos con actitudes democráticas y cien por ciento razonables.

Nota marginal

Gracias a quienes se han interesado por mi salud. Un abrazo a Rogelio León Torres.
 

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