Con el inicio del 2023 y la cercanía de un nuevo proceso electoral, es claro que la mayoría de las estrategias políticas que observamos en estos días, buscan construir una alternativa viable para sacar a Morena del poder, por lo mal que lo ha hecho.
Pero la pregunta que nos debemos hacer es: ¿Sacar a Morena del poder resuelve nuestro problema de País? ¿No es cierto que llevamos décadas dando tumbos, sin rumbo, de mal en peor, presas y rehenes de todos los partidos políticos?
Sacar a Morena del poder tal vez contribuya, insisto, por tanta ineptitud mostrada, pero el objetivo central debería ser buscar un nuevo rumbo, plantear y empezar a construir un nuevo proyecto de País como nunca se ha hecho.
Políticas de largo aliento que nunca se han planteado porque no son consistentes con la lógica del poder, que solamente se preocupa de “verse bien” durante tres o seis años (aunque no lo consiga), para buscar de nuevo el favor del voto y mantenerse o perpetuarse.
Con administraciones poco eficientes en el mejor de los casos, pero sobre todo con una gran falta de visión de futuro, para un País con grandes carencias y problemas, un País muy necesitado de una mejor perspectiva de desarrollo.
Si verdaderamente queremos un cambio positivo y duradero, más allá del color del partido, debemos hacernos cargo desde la sociedad y empezar a construir mecanismos (pongo como ejemplo a las redes sociales y en general a las plataformas digitales) que generen opinión y liderazgo acerca del rumbo que queremos tomar como País.
Un liderazgo construido con la inteligencia colectiva de tanta gente y tanto talento que tenemos; en los profesionistas, en los maestros, en los empresarios, en los científicos e intelectuales, en los periodistas, en los artistas, etc.
Ahora que viene una nueva marcha nacional de cientos de miles de ciudadanos, buscando otra vez alzar la voz para evitar que se desmantele al INE, deberíamos pensar también que necesitamos seguir buscando medios y formas, como esta, para hacer patente el sentir de las mayorías; para generar opinión y contrapesos, para hacer propuestas y para dar forma a un “liderazgo colectivo” permanente que deje claro que el País no es propiedad de unos pocos y menos de una sola persona; que deje claro que ya no estamos dispuestos a ser rehenes del partido en el poder en turno, tanto a nivel nacional como a nivel local.
LALC