Dicen que las manifestaciones sociales cambian el rumbo del mundo, podría tomarse como cierta esta cita al recordar el 1 de mayo de 1886, cuando en Chicago se convocó a huelga por parte de trabajadores; con este llamamiento que logró paralizar todas las fábricas de la ciudad de los vientos y a pesar de los muertos, heridos, además de los sentenciados a muerte, la frase: “ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para disfrutar” se convirtieron en una realidad para una mayoría de países.
Inolvidable y conmovedora fue la legendaria caminata por la sal, misma que sin violencia de parte de los manifestantes, dio origen a que se lograra la ansiada independencia de la India. Miles de personas caminaron más de treinta mil kilómetros rumbo al mar, acompañando a Gandhi, para tomar sal, dada la prohibición de fabricar y vender sal por el Imperio Británico a su colonia.
Viene a mi mente la caída del muro de Berlín, con su ominosa barda, la cual fue destruida gracias a la juventud, más la fuerza laboral que convocó Lech Walesa. Fueron ellos, los polacos, quienes lograron que se aflojaran los “ladrillos políticos” y ese muro fuera destruido, recordándolo por siempre como el “Otoño de las naciones” para dar libre paso a las dos Alemanias.
También podemos recordar, el grupo feminista “medias rojas – red stockings” mujeres decididas que salieron a las calles, para plantear la necesidad de asignar un lugar de valor real a las actividades desempeñadas por las mujeres. Más que conmovedor, fue la manifestación del 2003 en las que mujeres liberianas, desde un campo de refugiados, se unieron para poner fin al conflicto que se llevaba la vida de sus esposos, hijos, padres manteniéndolas en una continua situación de hambre y violencia sexual. Ellas redactaron el manifiesto por la paz, anunciando la huelga de sexo, fue así que lograron de manera significativa que una cruenta y fraternal guerra concluyera.
En estos últimos años las manifestaciones por el mundo se han incrementado, las personas reconocen el valor de salir pacíficamente a las calles en lugar de tomar las armas y pelear; es el grito y el cántico metralla, son las manos unidas las que hacen las vallas.
Doloroso y tatuado quedará el movimiento del 68 en México, donde muchos jóvenes perdieron su vida #porvayaustéasaber más gracias a ellos, hoy nos podemos en las calles manifestar, derecho que fue ganado ese 2 de octubre y con la sangre de tantos otros mexicanos y mexicanas hoy hablamos diferente; por eso este domingo pasado, una vez más, salimos a manifestarnos contra un gobierno que engaña y en su corrupción se ha cobijado, a pesar de decir que son los #purosycastos, sus acciones nos han demostrado que son iguales o peores que todos los demás que los han antecedido.
Hace algunos años, vestidos de blanco, miles de mexicanos gritaron: si no pueden, renuncien; hoy no estaría de más que ese grito se volviera a escuchar, pues cansados estamos de mentiras, además de esa violencia que cada día nos separa más; la corrupción ha sido visible y notoria, ¿qué esperan para correr? El león, ya rugió. Los ciudadanos, hemos hablado.