Rumbo al 2024, no solo el Estado de México es el gran laboratorio político en materia electoral, sino otro como Coahuila, que al igual que el primero va para un siglo bajo el gobierno del PRI.

Estas dos entidades son los últimos bastiones del ex partidazo y todo apunta a que perderían el más importante en cuanto a población y extensión política, como es el Edomex.

Son muchos factores que influyen respecto a las preferencias del electorado y a la posibilidad de supervivencia o emergencia de alguna institución o líder político. Pero el problema de inseguridad es el que encabeza los temas de interés de la población, por encima del desempleo.

Influye el papel y los resultados que tienen y han tenido los gobernantes en los dos estados, que tienen comicios electorales el 4 de junio del 2023; uno cree que la gente olvida, pero no es así.

En el Edomex la desaprobación del trabajo que ha realizado Alfredo Del Mazo como gobernador rebasa el 60%, mientras que en Coahuila el contento que tiene la ciudadanía con Miguel Ángel Riquelme es del 63%, según encuesta de El Universal.

A muchos, incluso a priistas, extraña el poco protagonismo que ha tenido Del Mazo incluso en medios, respecto de su propio quehacer y de la política en el país, lo que hace que su mandato, que inició con una alta simpatía, hoy sea gris.

La violencia y la inseguridad campean en este caso en la mayor parte de los delitos de alto impacto, no se diga homicidios dolosos y feminicidios en concreto, que, tanto en números totales como en índice, han estado por arriba de Guanajuato.

Esos, entre otros factores, nos llevan a que en este momento la candidata Delfina Gómez lleve la preferencia en 43 encuestas distintas (según Forbes), y en una de estas, con 47.5%, por 30.2% de Alejandra del Moral. Esto es cuando se trata de personas, y la diferencia es menor cuando se trata de partidos.

En Coahuila la tendencia es distinta porque el candidato de PRI-PAN-PRD, Manolo Jiménez tiene 42% de aceptación por 26% de Armando Guadiana de Morena.

Seguramente todos pensamos que la figura de AMLO es definitoria en cuanto a las preferencias, por el grado de aceptación que mantiene el Presidente y se traslada a los candidatos (inercia), pero en los casos de estos laboratorios estatales no es así.

Por ejemplo, el Estado de México es uno de los pocos donde Obrador no tiene el grado de aceptación; el 52% de encuestados no aprueban su desempeño y, sin embargo, la candidata morenista va en caballo de hacienda.

Mientras que en muchos estados bajó la aceptación del Presidente (aunque se mantiene alta en general), en Coahuila subió dos puntos, y eso que está gobernado por el PRI y su Gobernador tiene una alta aprobación, lo que beneficia al candidato de la Alianza, donde está incluido el partido tricolor.

Del 28 de marzo al 1 de abril el INE da la resolución para el registro de candidaturas y las campañas para gubernatura y diputaciones (sólo en Coahuila) serán del 2 de abril al 31 de mayo de este año.

A pesar de ello, no todo está dicho, tendremos que ver cómo se desarrollan las campañas y si es que pueden cambiar o no la tendencia del voto. Recordemos que un solo incidente relevante lo puede hacer.

La experimentación, las pruebas, permiten que el laboratorio político en que se convierten estos dos estados puedan marcar una tendencia de lo que será la elección en 2024, muchas cosas están por verse.

 

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