Me impresionó ver qué cantidad de mujeres se unieron para marchar el 8 de marzo, no solo en nuestro bonito León, Guanajuato, sino en todo México.
Da orgullo ver cómo podemos unirnos para mostrar nuestra solidaridad, nuestro empuje, nuestros deseos, nuestros sueños…
Según me dijeron, algunas de nosotras dieron unos testimonios muy fuertes.
Las estadísticas no mienten: según una encuesta de Enkoll-El País, el 45% de las mujeres hemos tenido algún tipo de agresión o de acoso sexual a lo largo de nuestra vida. Y otra cifra escalofriante: el 14% ha sido bajo el mismo techo.
Tenemos que hacer algo, y creo que las marchas ayudan a eso: unirnos, alzar la voz, expresar nuestros puntos de vista, tener un espacio para dar nuestro testimonio; enseñarles a nuestr@s hij@s lo importante que es hablar, no quedarse callado…
Me enojó ver la valla que volvieron a poner en Palacio Nacional, donde humildemente vive nuestro Presidente; y que no volvieran a izar nuestra Bandera, contraviniendo nuestras leyes. Pero más me molestó ver a las mujeres de Morena que ocupan algún cargo público, estar ahí dentro rindiendo pleitesía, creo que no se puede decir de otra forma…
Porque no invitaron a las otras Gobernadoras, Senadoras ni Diputadas de los demás partidos; y menos a la Ministra Piña que no se ciñe a las reglas que quiere imponerle López, a quien le place tanto dividir entre “mi equipo y l@s demás” y contraponernos. No, a ellas no las invitaron… así como tampoco a las que estaban marchando afuera, y a las que tuvieron a bien rociar con gas lacrimógeno, como tuve oportunidad de ver en el video que publicó en Twitter, Kenia López.
¡Qué diferente es estar dentro que fuera!¡Pero lo que más me molesta es que ellas se presten a esto!.
Como la mujer que se puso a insultar afuera de la SCJN a la Ministra Piña, o la pseudo reportera que habló exactamente después de que el Presidente había insultado a Nayeli Roldán.
¿Dónde está nuestra sororidad (relación de amistad, afecto o solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por nuestro empoderamiento)? ¿Dónde queda nuestra empatía y nuestro respeto? ¡Y más aún en el Día de la Mujer!
¿Por qué si luchamos por lo mismo, podemos actuar exactamente lo contrario? ¿Por ganar unos pesos? ¿Por un puesto?
Lo que sí definitivamente se sale de mi capacidad de entender es que algunas mujeres lleguen al grado de dañar a otras (como es el caso de las mujeres policías); el patrimonio que es de tod@s (y que nos ha costado y nos cuesta, trabajo a tod@s construirlo y mantenerlo) o hasta causar quemaduras a un niño por querer demostrar… ¿qué?
A mi parecer si estamos manifestándonos contra la violencia que hemos vivido no podemos, no debemos manejarnos violentamente porque entonces, no se rompe el círculo vicioso.
¿O ustedes que opinan, estimad@s lector@s?
MTOP