No hay gobierno perfecto, no existe, y el gobernante o político que así lo diga, o el candidato que así lo prometa, simplemente estará mintiendo.
Dicho lo anterior, algo muy valioso en cualquier nivel de gobierno es, además de sus éxitos en programas sociales y buenas políticas públicas, saber reconocer los errores y, sobre todo, tomar las decisiones correctas y oportunas para enmendarlos.
La administración municipal de Alejandra Gutiérrez procura siempre ejercer un gobierno abierto, eficiente, honesto y bien intencionado, pero eso no quiere decir ni asegura que los casi 8 mil empleados que trabajan para el Municipio sigan estos mismos principios, pues puede haber algunos, muy pocos, que no rinden o no entregan los resultados esperados.
Tengo la seguridad de que este gobierno municipal no pretende barrer debajo del tapete las fallas que eventualmente se puedan presentar en el funcionamiento de la ciudad, y aplicamos la autocrítica cuando se trata de analizar y resolver una problemática.
Así, cuando en una comisión que analizará una tarifa de transporte se filtran personas con antecedentes partidistas, las sustituimos; o cuando algo no está funcionando en cultura o en la atención a los jóvenes, se hacen los cambios necesarios. Es mucho más valioso reconocer áreas de oportunidad que tratar de ocultarlas, algo poco común en los políticos.
En el caso de seguridad, reitero lo que siempre he sostenido, el problema no lo puede resolver el Municipio solo, requiere la participación de las autoridades estatales y federales, cada una con su rol y responsabilidad, pero en lo que a nosotros como Ayuntamiento nos toca, es nuestra obligación tener corporaciones de Policía, Tránsito, Bomberos, Protección Civil y jueces cívicos bien pagados, capacitados y equipados para que entreguen buenas cuentas.
Se entiende que hay cierto tipo de delitos, sobre todo los de alto impacto que están vinculados con los homicidios, el tráfico de drogas y armas, que es complejo prevenirlos o resolverlos por parte de nuestra Policía, pero en lo que se refiere a delitos del fuero común como robos a casas, asaltos a negocios o transeúntes, esos sí son responsabilidad municipal, por lo que debemos exigir una disminución y control sobre ellos, y eso lo tenemos que señalar desde adentro de la Administración municipal.
Y además, es inaceptable que cuando un ciudadano sufre alguno de estos delitos las autoridades pretendan evadir su responsabilidad con argumentos inaplicables como el hecho de que no hay denuncias o que solo se “siguen protocolos”; la Policía primero debe hacer bien su trabajo y dar seguridad a la sociedad, y ya después pedir apoyo a los ciudadanos denunciando, mostrando además siempre empatía con las víctimas.
La autocrítica toma un valor más relevante cuando en nuestra ciudad tenemos una oposición de caricatura como la de Morena. Ellos sí pregonan la idea del gobierno perfecto, pues nunca se les ha visto ni escuchado hacer la más mínima crítica a los evidentes errores o actos de corrupción del gobierno federal, y por ello carecen de credibilidad o autoridad moral para hacer señalamientos aquí en León.
De ellos ya vimos su capacidad destructiva al negar apoyos a instituciones de beneficencia de la ciudad y, por otro lado, siempre confirmamos su tendencia para ignorar o tapar ineptitud de los funcionarios federales y sus decisiones.
La semana pasada, cuando hice los señalamientos hacia el secretario de Seguridad, una de las regidoras de Morena, molesta envió un mensaje a la estación de radio, quejándose porque yo había hecho esas críticas, lo cual me resultó verdaderamente cómico. Ahora resulta que la oposición se enoja porque… ¡hago su trabajo!