México es el segundo socio económico de Estados Unidos, con un comercio bilateral de 506 mil millones de dólares anuales, de aquí la importancia de mantener una relación de respeto y amistad.

Son muchos los rubros en que se debe basar una buena colaboración porque en todos ellos hay un impacto importante y nos referimos al comercio (en el T-MEC donde se incluye a Canadá), a la migración, a la seguridad de ambas naciones, a más de la simbiosis cultural.

Un personaje primordial en la relación, que se ha estrechado, con roces tanto positivos como negativos, definitivamente ha sido el canciller Marcelo Ebrard, quien ha sabido asentar las situaciones cuando parecen salirse de control.

El tema del tráfico del fentanilo se ha convertido en un problema de salud y de seguridad en Estados Unidos, por la cantidad de consumo y por consiguiente de muertes (casi tres mil decesos cada 15 días).

Para Estados Unidos, los cárteles mexicanos son el principal responsable de su situación y son una amenaza que se ha ido metiendo cada vez más en el control de los distribuidores de todo tipo de estupefacientes en su territorio.

La situación se tensó al máximo con el secuestro de cuatro ciudadanos norteamericanos y la muerte de dos de estos. Fue suficiente para que fiscales republicanos pidieran a Biden declarar terroristas a los cárteles, y con ello tener el derecho de que sus tropas los combatieran en territorio mexicano.

La enfática defensa de López Obrador de nuestra soberanía nacional era necesaria para poner los puntos sobre las íes en nuestra postura. Muchos la vieron como insulto o provocación riesgosa en el trato con el vecino país.

El Presidente pidió al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, viajar a Estados Unidos para sostener una reunión con representantes del Gobierno norteamericano, en la que finalmente se aclaró la situación y se lograron acuerdos de acciones de ambas partes.

Marcelo insistió en el tema del tráfico de armas que se hace de allá para acá y se acordó un seguimiento puntual para atacar el problema. El Canciller les informó a sus interlocutores lo que se está haciendo para atacar la importación de precursores del fentanilo y otras drogas, a través de retomar el control de las aduanas y puertos de nuestro País.

Los aseguramientos de ese opioide se han incrementado exponencialmente en México, a más de cocaína y heroína, entre otros.

Luego de ese episodio, recordemos que en días recientes vinieron congresistas (demócratas y republicanos) a una reunión en Palacio con el Presidente, donde por supuesto estuvo Marcelo Ebrard, para dar continuidad al tema y a los acuerdos importantes.

Los congresistas señalaron puntualmente que la relación con México se basa en el respeto de la soberanía de los dos países y no hay siquiera visos de una intervención de su Gobierno y ni pensar en una invasión armada.

Se tuvieron convenios de incrementar la colaboración para mejorar la seguridad binacional y combatir a la delincuencia organizada.

Marcelo es un experto en la relación oficial que se tiene con los países del mundo y lo es de manera concreta en la que existe con Estados Unidos, conocimiento que plasmó en el libro sobre ese tema, que presentó en 2021, y que sirve de manual para los diplomáticos mexicanos.

La relación con la Unión Americana, a lo largo de 200 años, ha tenido de todo, acuerdos, ayuda de todo tipo, pero también invasión (a raíz de la que perdimos la mitad del territorio) y por ello no se puede permitir el intervencionismo, pero sí aumentar la colaboración para vencer a los enemigos que hoy tenemos en común.

jmto231967@gmail.com

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