Hace algunos años Cuajimalpa, Distrito Federal, era un gran tiradero. Ahí se llevaron a muchas familias a recoger desperdicios alimentarios.o
De pronto todo eso fue transformado por Carlos Hank González en un emporio que entre otras grandes construcciones tiene la “Colina del Perro”, que a decir de López Portillo se lo financió su amigo.
Es una ofensa a la razón y al sentido común describir el contenido de esa obra; baste señalar que doña Carmen Romano, tenía un enorme cuarto de refrigeración para sus abrigos.
No se crea que el que fue regente del Distrito Federal resultó corto, también ofreció a otros no tan grandotes; existe un librito de color azul marino en donde se dan los nombres y datos pormenorizados de los periodistas a quienes financiaron “sus casas”.
A mí mismo Enrique Jacob Soriano me ofreció financiar la casa que yo quisiera con los pagos que yo mismo determinara. Agradecí toda esa “bondad”.
Todo esto nos demuestra que mucho en la política es invertir, invertir ¿cuánto? Nadie lo sabe por ahora. La cuarta transformación va a requerir grandes sumas de dinero ya que, debe entenderse que cuando López Obrador regrese victorioso con su “ficha” en la bolsa no va a regresar a vivir a un ranchito cualquiera. Para manipular desde allá a su beneficiado o beneficiada tendrá la urgencia de redes de comunicación efectivas.
Todo esto a que nos llevó la meditación sobre el tiradero de Cuajimalpa nos indica que los mexicanos no somos rectores de la política y menos de nuestros recursos económicos. ¿Qué urge reformar para que México sea dueño de su destino político y financiero?
Estamos caminando a no pocas transformaciones en la estructura legal para evitar que sea el ejecutivo y solamente él, quien determine qué procede incluso, con el Instituto Nacional Electoral.
López Obrador debe opinar sobre muchos temas pero cae en el absurdo cuando incluso se quiere llevar al bolsillo a la Suprema Corte.
Hablando otra vez de dinero es pertinente calcular la suma que requiere Andrés Manuel para tratar de arrastrar a las urnas en su favor 50 millones de votos que tendrán que ser financiados por el propio erario nacional.
Mientras eso ocurre la señora Montenegro disfruta en España la pensión que le heredó Jolopo. Provecho.
Nosotros nos quedamos con la frustración de que Jolopo mandó a hacer el tequila Don Pepe que fue otro tiradero de dinero con cargo al erario nacional.