El sistema de compras en línea de la Tesorería Municipal es un programa que facilita y busca transparentar las compras que hace el Ayuntamiento que no requieren de licitación pública, las cuales solo representan el 10 % del total de los 326 millones de pesos de adquisiciones que hace la Tesorería directamente cada año, todo lo demás se adquiere a través del Comité de Adquisiciones del Municipio, en donde participan regidores de todas las fracciones políticas, además de tres ciudadanos independientes. En resumen, todo lo que cueste menos de dos millones de pesos se puede adquirir directamente convocando a varios proveedores y escogiendo la mejor propuesta, y lo que exceda debe ser a través del mencionado comité mediante licitaciones públicas.
Esta semana se hizo público el caso de un proveedor que fue invitado a participar en un proceso para la adquisición de dos ventiladores médicos, los cuales por su monto podían comprarse en el sistema de compras en línea. En dicho proceso, la analista de compras del Municipio subió información al sistema en donde se asignaba el contrato al proveedor, sin embargo, dicha acción se llevó a cabo sin haber recabado las firmas de sus superiores jerárquicos en los cuadros comparativos, los cuales, al final mostraban que la citada adquisición se debía asignar a otro proveedor que ofrecía mejores condiciones en cuanto a precio y garantías, con un diferencial de costo que generaba ahorros para el Municipio de casi 25 mil pesos por cada ventilador.
Por lo antes descrito, se puede concluir que en este caso no existen indicios de corrupción, pues la compra de los ventiladores se llevó a cabo en mejores condiciones para la hacienda pública municipal, pero sí propició que se perdiera la confianza en la analista y fuera separada de su cargo mediante convenio laboral por acuerdo de las partes.
Hasta aquí parece estar todo claro, pero el asunto se complica porque una de las pruebas que fueron aportadas por la Dirección de Adquisiciones para justificar la separación de la analista, se trata de una acta de hechos, en la cual se afirma que la servidora pública no quiso declarar nada y por lo mismo no quiso firmar dicha acta. El problema es que ese documento solo contiene la firma del subdirector de Adquisiciones y de otro de sus subordinados, pero sin ningún otro testigo, lo que debilita la certeza y veracidad de dicho documento. La analista de compras, en entrevista que sostuve con ella, niega rotundamente haber estado presente en la redacción de esa acta, por lo que, si se acredita que el documento es apócrifo, quienes lo hicieron deben ser sancionados.
En resumen, en el multicitado proceso no hubo corrupción, pues la compra se hizo en las mejores condiciones y precio, pero los procedimientos para la intervención y modificación del sistema de compras en línea tiene debilidades y áreas de oportunidad que deben ser corregidas con el fin de robustecer y transparentar lo todo lo que se compre.
Finalmente, la oposición en el Ayuntamiento representada por el partido Movimiento Ciudadano, a través de su excandidato a la presidencia municipal, Juan Pablo Delgado, ha manifestado que comprobaron que la Tesorería Municipal “alteró el sistema de compras en línea”, lo cual no es del todo correcto, pues lo que se hizo fue intervenir para evitar que una compra se asignara a un proveedor que no ofrecía las mejores condiciones. Son bienvenidos los comentarios e incluso las críticas que ayuden a fortalecer los controles municipales, pues nos ayudan a garantizar la transparencia en los procesos de compras de la ciudad.
LALC