La compra de 13 plantas de generación eléctrica de Iberdrola, según declaró AMLO, “es una nueva nacionalización.” Absolutamente falso: se trató de un contrato de compraventa entre una administradora de fondos de inversión llamada México Infraestructure Partners (MIP) e Iberdrola, la poderosa empresa de energía española. No existe, afortunadamente, tal “nacionalización”, si bien, Hacienda avala el crédito de casi 6 mil millones de dólares a través del Fideicomiso del Fondo Nacional de Infraestructura FONADIN, creado por los odiosos conservadores neoliberales. Dichas 13 plantas, la mayoría ya amortizadas y con complejos problemas de operación, no serán parte de los activos del Estado ni de la CFE, que tan solo las arrendará a cambio de un cuantioso pago. ¿Cuál compra?
FONADIN se endeudará con esa monstruosa cifra al ser banca de desarrollo. En caso de insolvencia, el gobierno federal, claro está, tendrá que hacerse cargo de ese nuevo adeudo.
Por supuesto, que la venta del 80% de los activos de Iberdrola en México disparó el preció de sus acciones en la bolsa de valores madrileña. Los inversionistas españoles corrieron a las bodegas de la Ribera del Duero para agotar sus cavas, mientras los mexicanos de a pie, recordamos que los subsidios y las pérdidas de operación de CFE, alcanzaron la aberrante cifra de 120,000 millones de pesos en 2022, equivalente al precio de venta de los activos de Iberdrola a MIP, lo anterior, insisto, en un solo año, sin olvidar, por otro lado, las escandalosas pérdidas de PEMEX ni sus 110,000 millones de dólares de deuda ni el desplome de la producción petrolera.
Según AMLO, la CFE producirá el 55% de la electricidad, pero más cara que la generada por Iberdrola, pues ésta le vendía a CFE a 960 pesos el megawatt, que CFE producía a 1,300 pesos. ¿La burocratización de la energía le permitirá a CFE generar energía barata o será otra promesa incumplida como cuando el presidente aseguró que PEMEX vendería gasolinas a 10 pesos el litro y hoy en día están a casi 25 con todo y el subsidio de 400 mil millones de pesos el año pasado?
Con el gasto, no inversión, de 6 mil millones de dólares, México no generará un solo watt más, no invertiremos en energías limpias y baratas como el hidrógeno verde, ni los inversionistas extranjeros estarán deseosos de hacerlo ni se contratarán más empleos formales, continuaremos utilizando combustibles fósiles, ni se combatirá la pobreza, objetivos que sí alcanzará Iberdrola al deshacerse de plantas que consumen gas y, por tanto, dejan una huella de carbono y, sobre todo, la harán en grande cuando inviertan nuestros 6,000 millones de dólares en los Estados Unidos. El negocio lo hicieron los españoles, como ya se llenan de euros al vender “pisos” multimillonarios en Madrid, en razón de la fuga de capitales estimulada por las erráticas políticas económicas y la falta de certeza jurídica dictadas por la 4T, la Cuarta Trituración.
Con dichos 6 mil millones de dólares, como apunta Gabriel Quadri, se podrían haber construido 2 Laguna Verdes o 6 mil MW de energía eólica y/o solar, que hubiera incrementado en 50% la capacidad de generación de electricidad limpia.
AMLO arrienda plantas caducas que no servirán ni para encender un solo foco más, con tal de parecerse a Cárdenas con el petróleo y a López Mateos con la electricidad. Las nacionalizaciones han sido desastrosas: habría que excluir dicha palabra del léxico económico, político y social.
En lugar de atraer inversiones y aprovechar el nearshoring, el gran potencial de la relocalización y de invertir en la ampliación de nuestra infraestructura, AMLO desperdicia los dichos 120,000 millones, sino cientos de miles de millones más al construir una refinería cuando se fabrican autos eléctricos, al cancelar un aeropuerto de vanguardia, al continuar con el tren maya que nacerá quebrado por falta de pasajeros y de carga en el contexto de un ecocidio. ¿Por qué no invertir también en la alta tecnología, en el futuro. en lugar de conducir al país viendo por el espejo retrovisor?
El costo de este nuevo capricho presidencial empobrecerá a México en todos los órdenes de su existencia.