Como mucha gente de la ciudad, sentí la partida al viento de Don Juan Aguilera, un hombre bueno y sabio, con quien me separaban ideologías, pero me unían las causas humanas, que son al final, el verdadero lazo que nos debemos las personas. Se fue Don Juan, el hombre generoso de la emergencia del sinarquismo y de esa manera propia de pensar y sentir de la gente del Bajío. Religioso, de creencias profundas y quien siempre pensaba primero en los pobres, en el pueblo, canalizando su ser político en la creación del extinto Partido Demócrata Mexicano. 

Su biografía da cuenta, como lo aprendí en buenas charlas con él en medio de consejos editoriales de este periódico AM, de que era enorme su capacidad de análisis del entorno. La formación periodística que logró en la Carlos Septién y su caminar por los espacios editoriales (algunos donde coincidíamos como Televisa), le permitió no solo levantar editoriales ricas y críticas, sino enseñarnos a algunos (me confieso un de sus pupilos por 30 años de convivencia) así, en vivo, sin guión, desde las cámaras o desde la charla, donde se toman ideas para hacer notas y así, escritos. 

Don Juan, como muchos que dejan huellas en las vidas de los demás, sigue vivo, pues formó parte de un capítulo de la historia mexicanas titulado “Construcción de la democracia” y a donde concurrieron lo mismo la izquierda que la derecha, para conspirar contra el “ogro filantrópico” que nos gobernó 71 años. Se trataba entonces, de construir plataformas ciudadanas y partidarias para lo que tardaría mucho en construirse: el sistema de partidos que le diera juego al monolítico y hegemónico PRI. 

Por Don Juan supe y conocí a sus 4 hijos y en la amistad con Juanito, me acerqué a otros medios y a RTG hoy TV4, la que cumple 40 años y con la que todavía colaboro editorialmente. Por eso, en la semana, en el aniversario, ver sus logros y recordar los tiempos en que con Humberto Aguinaga se ciudadanizaba el canal y se conseguían espacios plurales en televisión desde los estudios de la Chiapas en la Arbide, con 30 años de conocer el canal y de recordar a su equipo técnico y administrativo y recorrer con la memoria su expansión para ser hoy canal internacional, es que les felicito, para que siga siendo un espacio educativo, de recreación y constructor de redes humanas. 

Hoy, con ambientes digitales y entornos de redes sociales, con cuatro canales y una potente producción, TV4 es una sólida entidad de comunicación que festeja sus cuatro décadas. A la televisora pude llevar a mis alumnos de periodismo, a proponer ideas en su Consejo Consultivo y cuando fue necesario, pedir difusión para proyectos sociales. Por eso, festejo a cantidad de amigos con los que compartí el estudio de grabación, todo conducido por Juanito, el hijo de Don Juan.

Don Juan me orientó mucho para tratar de ser un buen Rector universitario; ya en la invitación a cámaras empresariales como la CANACO, ya a entender la sencillez, ya a tener fineza en la práctica editorial, todo para decir lo que se tiene que decir. Por eso, a pesar de que sabía él, que me abrazaban las ideas liberales de la izquierda, Don Juan siempre me afirmó que lo importante eran las personas, no las ideologías. Gracias a Don Juan por tantos años de intercambiar ideas a pesar de nuestras distancias. Gracias a esa persona buena del Coecillo, que me invitaba a querer a esta noble ciudad que a muchos nos recibió hace décadas con la sola promesa de aquí ser felices. No fui a despedirle sino a agradecerle. Y como este acto humano es gratuito y permanente, le reiteré con mi pensamiento que su generosidad es grande y que le devuelvo con las letras, tantas que él me dio. 

Estoy seguro que las ideologías y la política son solo la expresión de nuestra peor faz. Son las obras, la amistad, el amor, lo que permitirá ser recordados por alguien. No son los discursos, ni la militancia partidista, ni los bienes acumulados, ni el poder ejercido, sino solo el legado que podamos dejar en quienes nos rodean, lo que nos permitirá ser eternos.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *