Ricardo Sheffield Padilla es por segunda ocasión, uno de los aspirantes de Morena al gobierno de Guanajuato para la próxima elección del 24, es uno de tantos casos controversiales que hoy empiezan a sacudir el sentido unificador de las nominaciones, y el rumbo de un proceso democrático incipiente y resbaloso en Morena.

Desde muy joven, al igual que Lily Téllez, sus dotes histriónicas atraen la atención y se hace notar en la política, y en la economía. Fue conductor y locutor en Televisa Bajío durante 11 años, de 1978 a 1989.

Cinco años después, Sheffield entró con el zapato derecho a la carrera política. Es arropado y protegido por el PAN. En el curso de los 3 primeros años del Gobierno estatal de Vicente Fox, ocupo su primer cargo público, fue regidor del Ayuntamiento de León, de 1994 a 1997. Su colega zapatero, y aliado político, Carlos Medina Plascencia, había terminado su mandato como gobernador sustituto, gracias a la llamada “consertacesión”, ejecutada en 1991 por Carlos Salinas de Gortari, pero planeada desde 1988.

Al terminar la regiduría, es palomeado por Vicente Fox, para competir por la diputación local en el distrito 4 de León, en el periodo de 1997 al 2000. Obtuvo 42,423 votos, por encima de su oponente del PRI, quien recibió 28,682 sufragios. Los demás partidos como siempre solo eran parte del paisaje: el PRD obtuvo 4,370 votos, el Verde 1927, y el PT 1060. Y de quien se suponía un crecimiento electoral, por su arraigo sinarquista en el bajío, el PDM, obtiene solo 1277 votos. La votación total en ese distrito fue de 82,960 sufragios válidos.

Con el cobijo del gobernador Juan Carlos Romero Hicks, pasó a ser diputado federal del 2000 al 2003. Sería parte del grupo legislativo, que acompañaría a Vicente Fox en la primera presidencia de la república, para suplir el gobierno de 71 años del PRI. Gana en alianza con el partido Verde con 119, 993 votos; en segundo lugar, llegaría el PRI con 42,197; y de manera significativa la Alianza por México (PRD-PT) con 4,437 votos. Votan en total 173, 407 ciudadanos.

Al terminar su periodo legislativo, sin ninguna oferta política, dirige por tres años el grupo empresarial EMCA, que se dedica al ramo inmobiliario, los negocios también le sonríen. 

Del 2006 al 2009 se reincorpora, pero ahora en la burocracia política de la Reforma Agraria, en el gobierno de Felipe Calderón. Quien había ganado con una diferencia de 0.5 % a AMLO, lo que lo marcaría “ilegitimo”.

En el 2009, al amparo del Gobernador Juan Manuel Oliva Ramírez, y de Felipe Calderón, gana la presidencia municipal de León, el corazón del panismo nacional. Gana con 204 557, frente al PRI, quien recibe 152,938 votos; el Verde 40,163 votos. Los demás siguen siendo decoración: el PRD y PT Juntos apenas suman 9,448 votos; Nueva Alianza 6.346; Convergencia (MC) 1,746 votos.

Hasta aquí los negocios y la política le habían sonreído, pero al finalizar su mandato municipal, comienza su primera caída; termina la ola triunfadora del Pan en el municipio de León, iniciada desde 1988, con 8 alcaldías ganadas consecutivamente durante 24 años. Miguel Ángel Salim Alle, pierde la elección. ¿Qué hizo mal Sheffield? Eso lo saben muy bien los leoneses Lo cierto, es que, en el 2012 le entrega la presidencia municipal a Bárbara Botello del PRI.

Bárbara Botello candidata del PRI, gana con 303,376 votos –incluyendo los de su alianza con el Verde-; el PAN recibe 246,640 votos –incluyendo los votos de su alianza con NA-. El PAN sufre el primer descalabro, y son 56,736 votos de diferencia. Votan en total 590,905 leoneses.

 “Héctor López Santillana del PAN, en el 2015 recupera la presidencia municipal de León, obtiene 229,909 votos; el PRI de Bárbara Botello baja a 126,478 votos; el Verde recibe 25,159 votos, y Morena 8,715 sufragios. Santillana se reelige en el 2018, y vuelve a ganar con 289, 229 votos, el PRI se reduce a 56,694 votos; Morena-PT-PES, obtiene 91,355; el Verde recibe 56,441 votos”.

Para variar después de esa derrota, vuelve a su frente comercial, y ahora para dirigir “De Forest Abogados” creado en 2011, un año antes de su salida del gobierno municipal. 

Tres años después, en el 2015, le vuelve a sonreír la fortuna política.  Por segunda ocasión, es palomeado para postularse como diputado federal, pero ahora por el gobernador Miguel Márquez Márquez. Contiende nuevamente en el Distrito 3 de León, gana con 68,266 votos; el PRI alcanza 27,151 votos; Verde recibe 9,647 votos; MORENA 4,116; MC 3,540; PRD 2,296; PT 1,526; Nueva Alianza 4,474. Votarían 139,227 leoneses. Este triunfo, exhibe un signo de alarma, en relación a su primera postulación del 2000, ahora había perdido 51,727 votos, cuando lo lógico era que en 15 años aumentara, sino por la popularidad, sí porque el Padrón electoral había aumentado de 1,777,979 a 4,093,123, más del doble. 

Su trabajo legislativo se enmarca en la plena y jubilosa alianza del PAN con el Presidente de la Republica, de origen priista, Enrique Peña Nieto; votará positivamente todas las Reformas neoliberales, junto al guanajuatense Miguel Ángel Chico Herrera, quien hasta ese momento tenía una larga trayectoria priista. 

En el 2018, después de más de 25 años de militancia panista, y de haber sido arropado como regidor, una vez diputado local, dos veces diputado federal, y una vez como presidente municipal, rompe con el PAN. A él, lo había favorecido el grupo político más poderoso de México y de Guanajuato, pero los abandona cuando la democracia que le había permitido escalar de forma privilegiada, no se ajustó a sus plan y proyecto de encabezar la gubernatura panista.

Al romper acusa al gobernador Miguel Márquez de torcer la democracia, y se va del PAN. El destino hermanaría tres años después, a Chico y a Sheffield en Morena, en una disputa soterrada por la candidatura a gobernador. Sí, entre el PRI, y el PAN se definiría el candidato, y la competencia contra el otro PRI, o contra el otro PAN. En Morena de un día a otro, Sheffield, encuentra la candidatura que buscaba, pero Morena no encontró el candidato exitoso que buscaba.

Segunda caída. La candidatura a gobernador del 2018, es una de las primeras pruebas de fuego dentro de Morena que no aprueba. Pierde por dos votos a uno con Diego Sinhue, obtiene solo 507 mil votos, y su excompañero panista lo rebasa con 1 millón 40 mil sufragios. El PRI de 948,590 votos, seis años antes, cae a 266,916 votos.

El resultado electoral de Sheffield en Guanajuato, en el 2018, no es ajeno del voto en cascada a favor de AMLO, pero si se puede separar para medir la aportación que hace a Morena. La votación en Morena tiene como sustento histórico dos fuentes, el PRD, y el PT, el promedio electoral de ambos, en las últimas tres elecciones presidenciales, es de 127 mil votos, lo cual podríamos tomarlo como referencia del electorado base. La diferencia entre este número y el resultado de Sheffield, nos daría su aporte, pero no es así. 

En las tres elecciones anteriores (2000-2006-2012), el promedio electoral del PAN, es de 1millón 94 mil votos, y en el 2018, saca 1 millón 40 mil, eso significa que Sheffield, solo le arranca 54 mil votos al PAN. En donde se nutre la bolsa electoral de Morena en el 2018, es en la gigantesca votación perdida por el PRI, quien pierde 618,674 votos entre la elección del 2012 y la de 2018. 

Bajo la vieja fórmula alquimista de los grandes politólogos, recordemos, que los votos nunca se pierden, solo se transforman.

Aventurar números, sería un error. Por eso, es importante tomar en cuenta la votación que obtuvo Sheffield, únicamente en el Municipio de León, considerando que ese municipio era su fortaleza.  Vamos al detalle, León está dividido en 6 distritos locales: en el Distrito 3, pierde por una diferencia de 53,760 votos; distrito 4, pierde por 32,216; Distrito 5, pierde por 51,806; Distrito 6, pierde por 36,885; Distrito7, pierde 58,376; Distrito 21, pierde por 37,406 votos. Ningún distrito gana, y pierde con una diferencia total, por 262,845 votos, sí, por 3.22 a uno. Diego Sinhue gana con 381, 216, mientras que él, consigue en su exfeudo, 118,371 sufragios. 

Si lo comparamos con la votación total obtenida en el estado de Guanajuato, su candidatura, y su trayectoria política en León, le aportaría a Morena en León, 118,371 votos –sumándole los votos de la izquierda-, el resto, los 388,629 serían de la ola obradorista en el estado de Guanajuato.

La tercera caída. A pesar de la tremenda diferencia de 2 votos contra uno, en la elección del 2018, el ciudadano Sheffield participa como candidato a Presidente municipal en la elección del 2021. El reto era ganar, León, el municipio más importante de Guanajuato, no solo por su economía, sino porque allí se encuentra un tercio de la votación estatal, en una clara intención de tener un trampolín directo a la gubernatura. Sheffield trataría de rescatar el municipio que había gobernado como panista, para gobernarlo ahora como Morenista. ¿Cuál sería la diferencia? No tuvimos la oportunidad de verlo, perdió. 

Y esa pérdida era muy importante. León está dividido actualmente en 7 distritos locales, y 4 federales, de donde surgen 7 diputados locales y 4 federales. No era cualquier propósito, pero al mismo tiempo, sí era un despropósito.

Irónicamente, pierde con Alejandra Gutiérrez, quien había sido 12 años antes, su tesorera en el Ayuntamiento.  Ella obtiene 323,452 votos, y Sheffield 115, 308 votos, otra vez pierde casi tres a uno. La votación obtenida por Diego Sinhue –en este municipio en el 2018- alcanza 381, 216 votos, y Sheffield 162 650. Entre la votación del 2018 y la del 2021, hay una baja de 47 mil votos. Tres años de precandidatura desde Profeco, con la mañanera como plataforma de exposición pública, no bastaron para frenar su caída. Se pasó de rosca.

La inconciencia de la política, nos dice que en el momento en que se termina una campaña, a los cinco minutos comienza la otra. Sheffield y más, lo confirman. Sus dos derrotas dentro de Morena, no lo desalentaron, regresó a Profeco, e inmediatamente inició su próxima campaña. Su estructura política de Profeco la movilizo al trabajo territorial en Guanajuato para ganar las Consejerías Distritales, Estatales y nacionales. Esa representación le permitió acceder a espacios de la Dirección estatal de Morena en Guanajuato; no logró la Presidencia, pero sí la Secretaria General, y otras no menos importantes como la representación ante el IEEG. La campaña por la gubernatura de Guanajuato había comenzado.

La experiencia de años en campañas, y el modus operandi para la selección del candidato, le indicó el camino correcto: mantener muy alta su exposición pública, y generar encuestas que sembraran un posicionamiento creíble, pero poco demostrable. Es decir, utilizó la “encuesta” como una herramienta mercadológica para impactar a la militancia, y a los grupos de poder. En unos cuantos meses se generó la idea de ser el candidato más conocido, y con mayor simpatía, dos elementos necesarios para ganar la encuesta interna, pero no la elección.

Le comento, en el 2018, en la carrera por la gubernatura de Guanajuato, Arias Consultores, en el mes de abril colocaba a Sheffield con el 33.5% en las preferencias electorales, a Diego Sinhue con el 44.2%, tenía una diferencia de 9.5% en contra; para el 8 de junio a unos días de la elección, Sheffield alcanzaba una preferencia de 37.5%, Diego Sinhue 41.0%, había 3.5% puntos de diferencia. 

La euforia, y el alardeo como mecanismos de publicidad e inducción del voto, estaba a reventar, pero la realidad se impuso, perdió dos a uno en todo el estado, y tres a uno en su casa, el municipio de León. Si la diferencia hubiese sido ese 3.5% sin lugar a dudas, hubiera denunciado que hubo fraude. Las encuestas, pueden ser usadas como parte de un ardid electoral para avanzar, pero no pueden gestar el monje que vestirá el hábito.

Hoy que cierro esta etapa de análisis, fue presentada ante los medios de comunicación la ciudadana Bárbara Botello, exalcaldesa y exdiputada federal priista, como el proyecto político en el género mujer para la candidatura al gobierno estatal. He mostrado en las jornadas y en los resultados electorales, que Sheffield y Bárbara Botello, tienen similitudes, ambos han sido presidentes municipales de León, el primero por el PAN, y la segunda por el PRI; ambos han perdido una elección municipal frente al PAN. Ahora tienen una coincidencia mayor, ambos aspiran a la gubernatura de Guanajuato por el partido Morena, y pelearan por ello y entre ellos. 

En la última elección del 2021 en León, sumando los votos de Morena y el PRI –si los arrastrara-, obtendrían 150, 560 votos, frente a los 323,452 que obtuvo Alejandra Gutiérrez del PAN, les faltarían 172,892 para empatar, en el caso hipotético de una alianza Botello-Sheffield, solo para León.

Ahora, como candidatos a gobernador, tomando como punto de referencia, otra vez, la elección del 2018, sumando los votos de Morena, y especulando, con los del PRI, serían 769, 916 frente a 1,040,949 votos del PAN, tendrían una diferencia en contra de 271,033 solo para empatar, pero, las posibilidades de crecimiento de su votación son nulas, por el contrario, decrecen en cada elección como lo registro, con los datos el organismo electoral estatal. Para decirlo de otro modo, ni juntos Sheffield y Botello tienen posibilidades de ganar el municipio de León, y mucho menos el estado de Guanajuato. 

Para cerrar este análisis, habría que decir, que los 39 años analizados nos muestran una contradicción interna entre los grupos de poder, que se dirime como continuación de la guerra por otros medios, es decir, la política; y como instrumento o herramienta para ello, a los partidos políticos.

Hoy en Guanajuato, la contradicción se expresa básicamente entre dos grupos, el PAN y Morena, y para resolverla el PAN ofrece lo mismo, y Morena ofrece un gobierno modelado en los viejos hornos del PAN, y del PRI, con un lastre mayor, sin autoridad moral y política. En primer lugar, frente a la propia militancia, en segundo lugar, frente al pueblo.

Ya para terminar, ¿qué pasaría si el ciudadano Sheffield no resulta el ganador de la “encuesta”? ¿Renunciaría a Morena para volver a sus orígenes? ¿Esperaría la 5 oportunidad?

Yo creo, que al pueblo ya no le interesa comprar el disfraz de León porque conoce muy bien al gato.

Revolcadero

Patetismo al cuadrado. Se le olvida en sus visitas al ciudadano Mendoza Márquez, expresar que aquí aun duelen las masacres, las desapariciones, las extorsiones, los asesinatos, la corrupción, el cinismo, la tortura policiaca como la que sufrió Ángel Galindo el día de ayer. Aquí se duerme con miedo, y se camina con temor. Celaya ocupa Presidente.

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