Tierra en la lengua es una película colombiana dirigida por el cineasta Rubén Mendoza, figura destacada dentro de su cinematografía. Al verla, me recordó su Patriarca, a AMLO. La producción se basa en un guion que examina la brecha generacional entre un patriarca senil, envejecido y sus descendientes que lo ven como un tirano machista y violento. En el mejor sentido del término (y también en el peor), AMLO es un Patriarca, un hombre que por su experiencia y poder, es respetado por un grupo familiar o una comunidad en los cuales goza de autoridad. Y esto sin duda, pues las encuestas todavía le dan un rango entre 50 y 55 % de aprobación.
Pero el título mejor lo describe. AMLO es el patriarca en el otoño, en el ocaso de su clímax. Todos los días se le puede ver ya cansado, desprendiendo la esencia de su ser. Es el luchador social que no pudo ser Presidente para todos y que al igual que Fox, prometió y prometió a la gente cantidad de cosas. Esto incrementó las expectativas y al final, de acuerdo a las encuestas de aprobación, el desencanto fue mayúsculo. En ambos casos, con las clases medias, académicos y los profesionistas.
AMLO en su laberinto del final del sexenio, cae cada vez más en más inconsistencias y mentiras. Si afirmaba que el “avión que no tiene ni Obama cuesta 7.5 mil millones” y ahora para justificar el remate de la aeronave, afirma que “vale menos de 3”. Que si “crecería el PIB al 6 %” porque sus antecesores solo lo crecieron al 2.5 y en su sexenio no creceremos más del 1.5 % y saliendo con que “el PIB no es importante”. Que si con él no hay masacres y los registros oficiales muestran que se triplicaron. Que si gobernaría para todos y nunca dialogó con sus opositores.
AMLO tiene tierra en la lengua. No se cansa de hablar y perdió lo poco que tuvo alguna vez, de escuchar. Se expresa desde el estómago de sus pasiones y esto, le encoleriza y le pierde, como al patriarca de la película. Desde luego que, en el sexenio, algunos proyectos fueron buenos: el incremento a los salarios mínimos; los apoyos sociales a los adultos mayores; la creación de la Guardia Nacional; pero muchos fueron un fracaso debido a tu terquedad y nula visión financiera, como “jóvenes construyendo el futuro” y “sembrando vida”, que tuvieron una buena intención de ayudar o el enorme error financieros como el remate del avión presidencial donde el País perdió cientos de millones.
Con el poder de los legisladores de su partido, ha logrado reformas constitucionales gracias a la mayoría que tienen y que le permite ignorar a la oposición. Lograron la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), reconociendo el fracaso del sistema de salud que diseñaron. Con la aplanadora de su partido MORENA, sacaron reformas como las modificaciones a las leyes de vías generales de comunicación, el reglamento del servicio Ferroviario y la Ley Federal de las Entidades Paraestatales para permitir que la Secretaría de la Defensa tome control absoluto del Tren Maya y que les regala a los militares el producto de los impuestos de todos
Considero que la reforma a la ley Minera tiene aspectos positivos al reducir el periodo de concesión y el que no habrá permisos en zonas con escasez de agua. Pero no entiendo el acuerdo del Presidente en seguir tolerando a los cárteles del narcotráfico y seguir dando poder a las fuerzas armadas, pues los senadores de Morena y sus aliados aprobaron modificaciones a las leyes generales de Derechos y Turismo para facultar a una megaempresa paraestatal la realización de estudios, proyectos e inversiones en aeropuertos, ferrocarriles, turismo y cultura. Además, esta megaempresa recibirá el presupuesto obtenido por el Derecho de No Residente para la operación de un fideicomiso que estará en manos de los militares. Y todo, frente a la falta de elección de al menos un comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) en esta jauja del nuevo PRI que se empecina en evitar los contrapesos y los puntos de vista de quienes piensan diferente. Todo lo puede la lengua con tierra del otoño del patriarca.