La aplastante victoria de un partido ultra-conservador en las elecciones del 7 de mayo en Chile para elegir una Asamblea Constituyente que redactará la nueva constitución del país recibió relativamente poca atención internacional, pero puede que sea uno de los primeros síntomas de un giro a la derecha en América latina.

La victoria del Partido Republicano, de derecha, en las elecciones de Chile se produjo poco después de la victoria del candidato oficialista conservador Santiago Peña en las elecciones del 30 de abril en Paraguay. Y las encuestas sugieren que es probable que candidatos de derecha o centro-derecha ganen las elecciones presidenciales de junio en Guatemala y noviembre en Argentina.

Después de la elección de presidentes de izquierda en Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Perú y México en años recientes, muchos votantes están castigando a sus gobiernos por la inflación y el estancamiento económico.

Pero ahora hay un factor adicional, cada vez más importante, que está inclinando la balanza política hacia la derecha: el aumento de la delincuencia.

Según datos internos que me dio la encuestadora Gallup, el 61 por ciento de los chilenos, el 56 por ciento de los colombianos, el 52 por ciento de los mexicanos, el 51 por ciento de los brasileños y el 49 por ciento de los argentinos dicen que no se sienten seguros caminando solos de noche en sus vecindarios.

Eso marca un aumento con respecto al porcentaje de encuestados en estos países que se sentían inseguros hace algunos años. En 2008, solo el 52 por ciento de los chilenos, el 50 por ciento de los colombianos y el 48 por ciento de los mexicanos dijeron que no se sentían seguros caminando solos de noche.

En Chile, la violencia se ha convertido en la máxima prioridad de los votantes, superando la inflación y la inmigración.

El 50 por ciento de los chilenos clasifican ahora la delincuencia como el problema más importante del país, frente al 13 por ciento de hace cuatro años, según una encuesta de Pulso Ciudadano.

Muchos chilenos votaron por el Partido Republicano, encabezado por el excandidato presidencial José Antonio Kast, porque lo percibieron como el más crítico con el gobierno de Gabriel Boric, me dijo el profesor de la Universidad de Nueva York y analista político chileno Patricio Navia.

“Fue un voto en contra de Boric”, me dijo Navia. “Y la delincuencia fue una razón importante por la que la gente votó en contra de Boric”.

Con el aumento de las tasas de criminalidad en América Latina, existe una creciente especulación de que podríamos ver tendencias de votación similares en toda la región. América Latina tiene las tasas de homicidios más altas del mundo, y muchos candidatos están exigiendo “mano dura” contra los delincuentes.

“Si la corrupción fue el gran tema que puso patas para arriba la política latinoamericana en la década de 2010, los crímenes violentos pueden jugar ese mismo rol en la década de 2020”, escribe Brian Winter en la revista Americas Quarterly esta semana.

Agrega que “otros países previamente plácidos de la región, incluyendo Ecuador, Uruguay, Argentina, Perú y Costa Rica, también han visto a la delincuencia subir al tope de la agenda política”.

No es sorprendente que muchos en la región citen al presidente de El Salvador, Najib Bukele, como un ejemplo a seguir. Rafael López Aliaga, el alcalde de Lima, la capital peruana, ha prometido un “plan Bukele” para combatir el crimen callejero.

Bukele se enorgullece de haber encerrado a más de 62.000 presuntos delincuentes, casi el 2 por ciento de la población adulta de su país.

La tasa de crímenes violentos en El Salvador ha caído, lo que ha convertido a Bukele en un líder bastante popular en su país. Pero hay reportes de que Bukele hizo un acuerdo con los líderes de las pandillas para reducir los homicidios, lo que no debilitará a estos grupos criminales a largo plazo.

En cualquier caso, la delincuencia se está convirtiendo rápidamente en un tema político clave en América Latina, junto con la inflación y el estancamiento económico.

El triunfo de la derecha en Chile podría ser un síntoma de lo que se viene en otras elecciones de la región.

 

@oppenheimera

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *