Photoshop es la progenitora de las aplicaciones de edición de imágenes, la pionera de nuestro ecosistema mediático de imágenes retocadas y corregidas con Facetune, así como un producto tan inmerso en la cultura que se ha convertido en un verbo, un adjetivo y un lamento frecuente de los raperos. Photoshop también es universalmente utilizada”, escribe el columnista de The New York Times Farhad Manjoo.

Por Farhad Manjoo, de The New York Times en exclusiva para am. 

Photoshop es la progenitora de las aplicaciones de edición de imágenes, la pionera de nuestro ecosistema mediático de imágenes retocadas y corregidas con Facetune, así como un producto tan inmerso en la cultura que se ha convertido en un verbo, un adjetivo y un lamento frecuente de los raperos. Photoshop también es universalmente utilizada. Más de 30 años después de que se lanzó su primera versión, fotógrafos profesionales, diseñadores gráficos y otros artistas visuales en todo el mundo usan la aplicación para editar gran parte de las imágenes que vemos en línea, en publicaciones impresas y en vallas publicitarias, en paradas de autobús, afiches, empaques de productos y cualquier otra cosa que toque la luz.

Entonces, ¿qué implica que Photoshop esté incursionando en el campo de la inteligencia artificial generativa y que una función beta recién lanzada con el nombre de Generative Fill produzca en formato fotorrealista cualquier imagen que le pidas? (Sujeto a sus términos de servicio, claro está).

No solo eso, en realidad: se han lanzado tantos generadores de imágenes con inteligencia artificial en el último año que la idea de pedirle a una computadora que cree imágenes ya parece anticuada. Lo novedoso sobre las nuevas funciones de Photoshop es que posibilitan una fusión sencilla entre la realidad y el artificio digital, y la ofrecen a una gran base de usuarios. El software le permite a cualquiera que tenga un ratón de computadora, imaginación y 10 o 20 dólares al mes —sin ninguna experiencia previa— alterar detalles sutiles en fotografías, que a veces se ven tan reales que parecen difuminar las líneas restantes entre lo auténtico y lo falso.

La buena noticia es que Adobe, la empresa detrás de Photoshop, ya consideró los peligros y está desarrollando un plan para atender la diseminación generalizada de imágenes manipuladas con herramientas digitales. La empresa creó lo que describe como una “etiqueta nutricional” que se puede insertar en los archivos de imagen para documentar cómo se alteró una fotografía, incluso si tiene elementos generados por inteligencia artificial.

El plan, llamado Iniciativa de Autenticidad de Contenido, pretende reforzar la credibilidad de los medios digitales. No te alertará sobre todas las imágenes falsas, pero sí puede ayudar a un creador o editor a comprobar que cierta imagen es real. En el futuro, tal vez veas una foto de un accidente automovilístico, un ataque terrorista o un desastre natural en Twitter y la descartes como falsa, a menos que tenga una credencial de contenido que aclare cómo fue creada y editada.

“Poder comprobar lo que es verdadero será esencial para los gobiernos, las agencias de noticias y las personas de a pie”, me dijo Dana Rao, asesor jurídico general y director de confianza de Adobe. “Y si obtienes alguna información importante que no tenga una credencial de contenido incorporada —cuando esto sea de uso popular—, debes ser escéptico y pensar: ‘Esta persona decidió no comprobar su trabajo, así que debo tratarlo como tal’”.

Sin embargo, la frase clave aquí es: “Cuando esto sea de uso popular”. El plan de Adobe requiere que la participación de la industria y los medios de comunicación sea útil, pero las funciones de inteligencia artificial en Photoshop se están poniendo a disposición del público mucho antes de que el sistema de seguridad se haya adoptado. No culpo a la empresa —las normas de una industria por lo general no se aceptan sino hasta que ya ha madurado el sector, y la generación de contenido con inteligencia artificial aún está en sus primeras fases—, pero las nuevas funciones de Photoshop realzan la necesidad urgente de que haya alguna especie de estándar universalmente aceptado.

Estamos a punto de ser inundados —o más inundados de lo que ya estamos— de imágenes artificiales que se ven muy realistas. Las empresas tecnológicas deberían actuar rápido, como industria, para implementar el sistema de Adobe o alguna otra clase de red de protección. Las imágenes creadas por inteligencia artificial son cada vez más refinadas; no hay tiempo que perder.

De hecho, muchos desarrollos recientes en el campo de la IA me han provocado las mismas dos reacciones, una seguida de la otra:

¡Increíble! ¡Vaya momento para estar vivo!

¡Ay, nooo! ¡Vaya momento para estar vivo!

Así es más o menos como me sentí la semana pasada cuando visité las oficinas centrales de Adobe para ver una demostración de las nuevas funciones de inteligencia artificial de Photoshop. Luego, me permitieron usar el software y aunque dista mucho de la perfección a la hora de hacer alteraciones imperceptibles en las imágenes, me pareció que tiene la capacidad suficiente con la frecuencia suficiente como para usarse a gran escala muy pronto.

Un ejemplo: cuando me fui de vacaciones a Hawái este año (lo sé, mi vida es muy difícil), tomé una foto en primer plano de un pájaro carpintero cabecirrojo posado en una mesa de comedor al aire libre. La fotografía es buena, pero le falta drama. El pájaro solo está ahí sentado, sin más, como hacen los pájaros.

Con la nueva versión de Photoshop, dibujé un recuadro de selección alrededor de la mesa e ingresé el texto: “Antebrazo de hombre donde esté posado el pájaro”. Photoshop envió mi fotografía y la indicación a Firefly, el sistema de generación de imágenes con inteligencia artificial que Adobe lanzó este año como una aplicación web. Luego de unos 30 segundos de procesamiento, mi foto quedó modificada: la mesa de madera se había convertido en un brazo y las patas del ave estaban plantadas en su piel de una forma bastante realista.

Como podrán imaginar, perdí muchas horas experimentando con esto. Photoshop ofrece tres opciones iniciales para cada petición (las otras opciones para mi pájaro en reposo mostraban un brazo mucho más velludo y otro muy musculoso, pero los dos se veían poco naturales) y si no te gusta ninguna, puedes pedir más. A veces los resultados no son muy buenos: los rostros humanos no se le dan muy bien —en este momento, se ven raros— y no logra producir conceptos muy precisos: cuando no especifiqué el color de piel, los brazos que me mostró para que se posara el pájaro eran de tonos claros; cuando le pedí un brazo moreno parecido a mi color de piel, me entregó imágenes que no se veían muy realistas.

Aun así, con frecuencia me sorprendió lo bien que respondía Photoshop a mis peticiones. Los artículos que agregó a mis fotografías coincidían con el contexto de la original; la iluminación, la escala y la perspectiva casi siempre eran un 100 por ciento correctas.

Por configuración del sistema, las imágenes que creas con la versión web de Firefly traen una marca de las credenciales de contenido de Adobe que determina que fueron generadas por inteligencia artificial. Pero en esta versión beta, Photoshop no incorpora esta marca en automático. Puedes activar la credencial, pero no tienes que hacerlo. Adobe afirma que, cuando la función salga de su etapa beta, la marca será obligatoria para las imágenes que usen IA generativa. Requerir esto será esencial —sin esta etiqueta, cualquier plan noble que tenga Adobe de mantener la línea entre las imágenes genuinas y las postizas fracasará—.

Pero, aunque incorpores una credencial a tu foto, no servirá de mucho por ahora. Adobe está trabajando para que su sistema de autenticidad de contenido sea un estándar en la industria, y ha tenido algo de éxito: más de 1000 empresas tecnológicas y mediáticas se han sumado a la iniciativa, entre ellas fabricantes de cámaras como Canon, Nikon y Leica; gigantes de la tecnología, como Microsoft y Nvidia, y muchas organizaciones de noticias, como The Associated Press, la BBC, The Washington Post, The Wall Street Journal y The New York Times. (En 2019, Adobe anunció que, en colaboración con el Times y Twitter, emprendería una iniciativa para desarrollar un estándar de la industria para la atribución de contenido).

Cuando el sistema esté en pleno funcionamiento, quizá puedas dar clic en una imagen publicada por el Times y ver un registro de auditoría: dónde y cuándo se tomó, cómo y quién la editó. La función incluso serviría en los casos en que alguien altera una imagen auténtica. Podrías ingresar la foto modificada a la base de datos de credenciales de contenido y te diría la imagen real en la que se basó.

No obstante, si bien muchas organizaciones se han sumado al plan de Adobe, hasta la fecha, pocas lo han llevado a la práctica. Para que sea útil a máxima escala, la mayoría si no es que todos los fabricantes de cámaras tendrían que agregar credenciales a las fotografías al momento de tomarlas, para que la imagen se pueda autenticar desde el inicio del proceso. Lograr una adopción generalizada entre compañías rivales tal vez sea difícil, pero espero que no sea imposible. En una época en que la edición con inteligencia artificial está al alcance de un clic, el sistema de etiquetado de Adobe o algo similar parece ser un primer paso simple y necesario para reforzar nuestra confianza en los medios masivos de comunicación. Pero solo funcionará si las personas lo usan.

c.2023 The New York Times Company

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