Según cuentas de algunos medios nacionales, son 36 los que quieren suceder a AMLO al frente de la Presidencia de la República mexicana, a más o menos un año de que sea el día de la elección el 2 de junio de 2024.
Podrían ser más los candidateables y todo depende de los procesos para la selección de los distintos frentes políticos e incluso ciudadanos independientes, y no sabemos si de pronto alguien más diga “yo quiero, yo puedo”.
Del PRI ponen a 11 aspirantes, del PAN a 10, de Morena y sus aliados a seis, de Movimiento Ciudadano a cuatro, independientes tres y PRD, dos.
En cuestiones de opinión pública, de preferencias, la “corcholatería” lleva la ventaja por razones obvias de presencia en la vida política, por ser funcionarios en activo, lo que no sucede en la parte opositora, de manera independiente de que en ninguno de los frentes se defina aún el método de selección.
Este domingo 4 de junio, en tanto, se llevan a cabo elecciones para elegir gobernador en el Estado de México y en Coahuila, donde estas dos entidades son laboratorios que darían una brújula o una idea de cómo será la contienda en 2024.
Las tendencias previas a la veda electoral de esta semana que pasó, indicaban que, por posible mínima ventaja, gane Morena y sus aliados en el Edomex y la Alianza opositora en Coahuila.
De entre los independientes que se apuntan para que los apunten en las listas del frente opositor, destaca el exdirigente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, con buen perfil y con capacidad demostrada, pero en el ámbito empresarial.
Los medios incluyen, porque él se incluye entre independientes, al veterano Demetrio Sodi, periodista, empresario y político que ya fue senador de la República.
Apenas hace unos días, el senador independiente Germán Martínez, dijo que si se lo piden con gusto le entra al juego de la sucesión. Se trata de un expanista de cepa, ex morenista de ocasión y, como lo califica Milenio, “destemplado michoacano, se ha distinguido por ser soldado de las guerras que le pongan enfrente”.
De todo lo anterior, la mayor parte de analistas políticos estima que la verdadera batalla se da en el frente de los morenistas y sus aliados, donde unas encuestas colocan al Canciller Marcelo Ebrard en primer lugar y otras a Claudia Sheimbaum, con un Augusto López, que pasó de ser conciliador a fajador, siguiéndoles los pasos.
Ebrard lo ha dicho, que se debe definir el método de selección del candidato con piso parejo para todos, no sin antes realizar debates entre los aspirantes, idea que no se ha aceptado del todo porque saben de la capacidad discursiva y de trabajo que tiene el Secretario de Relaciones Exteriores.
Tanto en el ámbito nacional como en el internacional, por su amplia trayectoria, Marcelo tiene mayor peso para ser el líder y estadista que espera el país, según mi consideración y la compartida por mucha gente que lo sigue en partidos y en sociedad independiente.
De entre sus logros, no se puede dejar de referir el que tuvo con relación a la pandemia por COVID, para que pudieran llegar a México vacunas y con ello se salvaran vidas, alcanzando inmunidad de rebaño.
Precisamente por ese papel fue que le otorgaron el “Joe Kiani Humanitarian Award”, porque el abastecimiento logrado, luego de una lucha diplomática, no solo fue para México, sino para América Latina, incluyendo las naciones del Caribe.
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