Esta semana la ofensiva para desacreditar al Fidesseg llegó al Ayuntamiento de León en voz del regidor de Morena, el C. Antonio Cabrera Morón, solo que lo hizo mediante una exposición improvisada y por lo mismo irresponsable y llena de mentiras, con el único fin de desprestigiar a los empresarios de Guanajuato y a los ciudadanos que ahí participan.
En su afán de vestirse de héroe social, el mencionado regidor sacó a relucir muchos de sus resentimientos al afirmar, con nombres y apellidos, que los ciudadanos y empresarios que participan en el Fidesseg están relacionados con el PAN, y con ello quiere dejar la idea de que existen conflictos de interés, pues a la vez participan en organizaciones altruistas que han conseguido apoyos de este fideicomiso para causas sociales.
Es admirable la incapacidad que tiene el regidor Cabrera para no saber distinguir entre ciudadanos y servidores públicos, o más bien, este personaje simple y sencillamente no puede procesar que en la sociedad haya personas con buenas intenciones que se preocupen por los más pobres. Para él todo son intereses y ganas de enriquecerse; así la escasez en el nivel de sus argumentos.
Dice Cabrera que los empresarios aludidos deciden a dónde y a quién se debe de apoyar, lo cual es, simple y llanamente, falso, pues el Fidesseg se maneja y administra a través de un comité técnico en donde los representantes empresariales no tienen la mayoría en las decisiones.
Al final el debate se convirtió en algo irrelevante pues el regidor intentó repetir como merolico, los mismos enunciados que ya habían dicho los diputados de Morena la semana pasada, con los que incluso coincido en el fondo, es decir en que el Fidesseg debe abrirse a la transparencia total, sin reservas en la información y, en su caso, sancionando a quien haya cometido posibles irregularidades, a lo cual por supuesto me sumo.
El problema con Morena es que siempre tiene dos discursos, uno el del Cabrera obradorismo, el que destruye instituciones, el que divide a la sociedad y que quiere regresar al pasado mediante una visión resentida y populista, que además quiere encontrar en los empresarios a los culpables de todo, y el otro Morena imaginario que acepta el diálogo, que representa la izquierda moderna y que busca la igualdad a través de reconocer en cada persona física o moral su lugar en la sociedad.
Por otro lado, no quiero dejar de mencionar mi extrañamiento por la poca o nula defensa que se ha hecho del Fidesseg por parte de los líderes empresariales en el estado. Este es un proyecto del sector que fue anhelado por muchos años, a unos nos tocó empujarlo para materializarlo con nuestras autoridades, pero hoy les toca a ellos defenderlo, ¿en dónde están? No todo es cortar listones, si ellos no hablan nadie más lo hará, el gobierno no solo no va a defender el modelo, sino que, por el contrario, notará el desinterés o el temor, y acabará por disolverlo.
Y tampoco se escucha a ninguno de los muchos empresarios que participan dentro del Fidesseg, nadie está hablando de las decenas de organizaciones que se han apoyado ni de los logros que se han tenido, no se sabe de nadie que se haya acercado a los diputados para invitarlos a que vean lo mucho que se ha apoyado y para confirmarles que debe haber transparencia.
No es necesario contratar un asesor de comunicación para que les diga qué hacer y qué decir, la postura es muy simple: defendamos el modelo, transparentemos su operación, y sancionemos a quienes hayan, en su caso, abusado. Así de sencillo.
MTOP