Alejandra Gutiérrez ha desafiado al sistema para ser fiel a sus convicciones y principios democráticos, y ha decidido buscar la candidatura a gobernadora por su partido, el PAN, a pesar de la “línea” que apunta para otro lado.
Apoyo sin regateos sus aspiraciones políticas, pues a lo largo de muchos años la he visto trabajar y desempeñarse en la administración pública, a grado tal que, sin exagerar, afirmo que está hecha de una estirpe no convencional en los políticos, lo que la hace diferente.
Me tocó conocer a Alejandra Gutiérrez en el mundo de las finanzas públicas, algo de lo que ambos conocemos, nada más que en bandos contrarios, ella tesorera, y quien esto escribe como regidor de oposición del Ayuntamiento 2009-2012. Desde ahí comprobé que es una mujer que respeta y reconoce la diversidad de opiniones y visiones. Ella es una política disruptiva que busca cambiar las cosas en Guanajuato, evitando el continuismo, pero impidiendo que llegue el populismo.
Toda su vida profesional en el sector gobierno ha estado ligada a los dineros públicos y nunca ha sido señalada de ninguna irregularidad, nada me hace pensar que no sea una mujer honesta, por el contrario.
Los logros de Alejandra Gutiérrez los ha alcanzado gracias a su talento, y no son solo palabras, lo digo con hechos: Ella no tiene un padrino político, su crecimiento en la política no ha sido bajo el manto protector de algún personaje, todo lo ha ganado en base a su esfuerzo, a arrastrar el lápiz e incluso, en alguna ocasión, en hacer la tarea para que otros se luzcan.
Su cercanía con Marko Cortés no es gratuita ni fortuita, es debido al trabajo que ella hacía antes o después de las sesiones cuando fue diputada, redactando, literalmente, algunas de las leyes o reglamentos que hoy en día se aplican, sobre todo en materia financiera.
Ha llegado hasta donde está sin que nadie le haya regalado nada, ni mucho menos lo ha comprado, pues su economía personal es como la de muchas personas que viven de su trabajo y que a veces tienen que endeudarse para forjarse un patrimonio.
Su vocación de servicio y cercanía con la gente es real, es sensible y empática, se interesa y se preocupa por resolver las necesidades ciudadanas por encima de sus aspiraciones personales. Es firme en sus decisiones y asume los riesgos, miren que para depurar una corporación policiaca con casi 600 bajas se necesita mucho valor y alto sentido de responsabilidad.
Entiendo a los que critican su protagonismo en redes, pero hay que entender que se enfrenta a una contienda desigual en donde la presencia mediática gratuita se puede y debe aprovechar al máximo, así lo confirman las preferencias en las encuestas.
Son fuertes las presiones para que se baje de la carrera, le advierten que de no hacerlo su partido cambiará el género para la próxima elección municipal, con el único fin de anular o limitar sus derechos políticos. Si así lo hicieran los que mandan en el PAN, se estaría configurando con claridad el delito de violencia política de género.
No tengo ningún compromiso para expresar esta postura, nadie me lo ha pedido, de hecho, muchas veces para ella soy una piedra en el zapato, escribo estas líneas porque reconozco su trabajo y le tengo lealtad y gratitud por haber confiado en mí. No pretendo dibujarla como una persona perfecta, nadie lo somos, pero una mujer a la que le apasiona su trabajo, que no busca enriquecerse ni acumular poder, es alguien que tiene todo el derecho a ser nuestra gobernante.
LALC