El día de ayer aprobamos en el Ayuntamiento de nuestra ciudad, una reforma al Reglamento de Espectáculos y Festejos Públicos para el Municipio de León, que si bien solo modifica un par de párrafos de un artículo, en el fondo representa un verdadero avance en materia de apertura, libertad y respeto hacia todas las personas que habitamos León.

Hasta hace algunos días la redacción del segundo párrafo del artículo 13 del reglamento arriba señalado, mencionaba que cualquier ciudadano que quisiera conseguir un permiso para ofrecer un espectáculo público en nuestra ciudad, sería rechazado si “a juicio de la Dirección de Fiscalización y Control, atente contra la moral y las buenas costumbres”, y además remataba diciendo que esa determinación sería revisada, a petición del interesado, por “la comisión de la Secretaría del H. Ayuntamiento”.

Era una redacción ancestral que ubicaba a nuestra ciudad en el centro del conservadurismo y ponía a los ciudadanos en la antesala de un tribunal inquisitorio, pues imagínense ustedes, dejaba a la libre interpretación de un servidor público lo que a su juicio es la moral y las buenas costumbres, sosteniendo sus decisiones en un mero subjetivismo personal.

La moral y las buenas costumbres podrían haber sido términos que fueran validos hace décadas, pero hoy en día son obsoletos por varias razones, entre las que destacan: los avances sociales en materia de no discriminación, la tolerancia e igualdad hacia todos los ciudadanos, la diversidad religiosa, la idiosincrasia de las naciones e incluso la concepción homofóbica que algunas personas le asignaban a estos términos.

La reforma al reglamento señalado en supra líneas, surge de la iniciativa presentada por la regidora del Partido Movimiento Ciudadano en el cabildo leonés, la C. Lucía Verdín, quien promovió la adecuación normativa alegando acciones discriminatorias y de odio que se dieron en un evento público al amparo de la libertad de expresión, sin embargo la redacción propuesta por la regidora se quedó corta, pues no eliminaba la decisión subjetiva por parte de un servidor público y, además, seguía manteniendo algunos de los términos del texto original.

Por ello, en los trabajos de las comisiones la regidora Luz Graciela Rodríguez y quien esto escribe consideramos conveniente modificar sustancialmente el texto propuesto, ya que hoy en día es obligatorio eliminar cualquier criterio subjetivo en la evaluación de lo que una autoridad puede o no considerar apto para los ciudadanos, lo que procede es dejar términos y redacciones que se sustenten en aspectos objetivos, concretos y reconocidos por las leyes.

La redacción final del mencionado artículo 13 dista mucho de lo que propuso la regidora Verdín, quedando de la siguiente forma: “Se rechazará toda solicitud para la presentación de espectáculos públicos que sean contrarios a los derechos humanos y al orden público”, entendiéndose que los derechos humanos están reconocidos universalmente así como en nuestra constitución, y de igual manera el orden público se define en diversas leyes y reglamentos que buscan regular el comportamiento de los ciudadanos.

Me alegra que nuestros compañeros ediles del PAN hayan apoyado esta iniciativa, y que ahora podamos ver en los reglamentos de nuestra ciudad estos signos de libertad y tolerancia, y sobre todo, que pasemos de ser una ciudad que ha estado estereotipada por el “mochismo” y busquemos ahora un espacio dentro de las metrópolis modernas que, conservando sus tradiciones, motive una forma de vida de los leoneses en donde haya libertad de pensamiento, con la única limitación que representan la paz y el respeto a los derechos de los demás; un discurso que sin duda caerá bien en la juventud leonesa.

 

 

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