No hay disimulo: existe un “arreglo” político entre el gobernador emecista Samuel García y el Presidente morenista, López Obrador. Operarán juntos.
Está a la vista, no hay disimulo alguno: existe, sin duda, un “arreglo” político entre el Gobernador emecista Samuel García y el Presidente morenista, López. Ello bajo el paraguas de un arreglo superior entre MC y López, orquestado desde hace tiempo por su Presidente, Dante Delgado, con el fin de ayudar a Morena electoralmente.
Ello quedó manifiesto en la visita del sábado que realizara López a Nuevo León quesque a supervisar las obras de El Cuchillo, las cuales solamente miró desde el aire montado en un helicóptero militar.
López convivió larga e íntimamente con García, quien días antes había dicho en un video mafufo que había recibido “señales extraterrestres de que MC era la “segunda fuerza política en el País” y que estaba considerando si se lanza a la contienda presidencial.
Es tan descabellado (y FALSO) lo dicho por García que no puede entenderse bajo la lógica convencional. Lo dicho por García y apoyado por la “encuesta” también mafufa presentada por Dante, resulta totalmente falso y no se respalda por ninguna otra encuesta realizada en México; las más confiables muestran a MC como un lejano cuarto o quinto lugar, en el mejor de los casos, como partido, y a García, con una presencia insignificante a nivel nacional.
Queda claro que la intención de Delgado y García forma parte de una estrategia de dividir a la oposición, o sea: sabotear al Frente Amplio Opositor, haciendo de Movimiento Ciudadano un esquirol de Morena.
Confirmando lo que siempre les hemos dicho aquí: que hay un pacto secreto entre Delgado y López de que MC apoye electoralmente a Morena dividiendo el voto “anti”, restándole así votos al FAO y a Xóchitl Gálvez, o quien resulte candidato del mismo.
Samuel García está al servicio del Presidente López y como ofrenda le puso al “Nuevo” Nuevo León en charola de plata como ofrenda.
De manera que operarán encubiertamente juntos y coordinados para asegurar que en el 2024 Morena alcance la SUPREMACÍA EN EL CONGRESO.
A López no le interesan las Alcaldías, no, lo que le interesa son las Senadurías y las Diputaciones Federales, para alcanzar la mayoría calificada en el Congreso y poder realizar CAMBIOS CONSTITUCIONALES profundos para poner en práctica y convertir en Ley todas sus “reformas” intentadas y no logradas por tener solo la mayoría simple (necesitan Morena y López contar con las dos terceras partes del Congreso para destrozar nuestra Constitución y adueñarse -más- del País).
Localmente a García, lo que le obsesiona es patear al PRI y al PAN del Congreso local para poder controlarlo y sacar adelante sus proyectos SIN tener que negociar nada con ellos. Imitando a su nuevo compa López, quiere García el poder absoluto en el Estado e implementar en Nuevo León los planes y a los funcionarios (como el Fiscal) que se le peguen la gana.
Contrasta dramáticamente con la actitud de García la sensata, prudente y patriota actitud tomada por el Gobernador de Jalisco, el también emecista, Enrique Alfaro. NO LE HA ENTRADO AL JUEGO de funcionar como esquirol del Presidente, ni de traicionar a quienes lo eligieron, pese a que está por concluir su mandato, y ha dicho que no solo no va por la Presidencia (a la que legítimamente podría aspirar) sino que se quedará a cumplir hasta la última hora con el encargo que los electores de Jalisco le confirieron.
Se ha concentrado Alfaro en hacer un buen trabajo y ha escogido buenos candidatos para contender exitosamente, tanto en las pasadas elecciones, como precandidatos para las venideras.
La actitud de Alfaro es la correcta: piensa en lo que es mejor para su Estado y para sus conciudadanos, y no en lo que es mejor para él y para López. Más aún, acogiéndose a la estrategia lógica de qué más le conviene al PUEBLO de México para contrarrestar la AUTOCRACIA que nos amenaza, Alfaro públicamente ha diferido del Presidente de su Partido, Dante Delgado, y ha propuesto abiertamente que MC se UNA AL FRENTE AMPLIO OPOSITOR, claro, solamente en el caso de apoyar un candidato presidencial, pues la idea es que a nivel local, “cada chango a su mecate”.
Sirve -y mucho- la postura sensata de Alfaro para contrastar con la radicalmente diferente que ha adoptado Samuel García. Queda claro que García anda en “fuera de lugar” con su egoísta plan de anteponer sus odios, berrinches e intereses personales por encima de los intereses supremos de los neoloneses.