Últimamente han estado vigente en los medios de comunicación señalamientos sobre algunos desplegados y reuniones que hemos promovido un grupo de empresarios preocupados por el ambiente preelectoral que se empieza a calentar en el estado, obteniéndose una serie de interpretaciones sobre los motivos que nos unen para emprender este tipo de iniciativas.

La mayoría de los comentarios que se han publicado coinciden en que los empresarios estamos enviando mensajes al gobierno para decirles que queremos candidaturas o que queremos poder.

Todo lo anterior está muy alejado de la realidad. Para empezar, nadie quiere candidaturas, nunca ha habido alguien que haya dicho “yo quiero ser candidato”, de manera que este grupo no trabaja para obtener cuotas de candidaturas de parte de los partidos, ni tampoco queremos “conservar el poder”, pues quien diga eso definitivamente no conoce cómo se manejan los entretelones de los grupos empresariales. A ver si me explico: quienes quieren poder, ya lo tienen y ya están definidos, están ligados al gobernante en turno y casi siempre se trata de los poderosos económicamente, ellos se mueven con efectiva discreción.

Lo que sí es cierto, es que nuestro mensaje ha sido malinterpretado o distorsionado por la ambigüedad de nuestros señalamientos y posicionamientos, no por nada en algunas de nuestras reuniones ya se ha dicho que “nuestras posturas están muy light”; es obvio que no hemos sido directos, ni claridosos, muy al estilo de las expresiones empresariales que solo hacen compromisos en lo general pero que les da miedo individualizarlas. Ese lenguaje empresarial que nos ubica tratando de quedar bien con todos para que siendo quien sea el ganador o ganadora, al final podamos brincar a su barco y navegar con el estilo convenenciero que a veces nos distingue. Por eso, en ocasiones la sociedad no tiene la mejor imagen de nosotros.

Hoy en día lo que nos une es una razón muy sencilla pero que no hemos querido o no hemos sabido dar a conocer: queremos que los candidatos, principalmente del PAN, sean los que surjan de métodos abiertos y cercanos a la sociedad, de esa forma serán los mejor evaluados y posicionados, sea quien sea, así de simple y transparente, por eso no vemos con beneplácito las candidaturas por designación, porque, por su naturaleza, su ungimiento solo atiende a la voluntad de un grupo de personas, que no necesariamente tienen sus intereses alineados con lo que sea mejor para Guanajuato, sino que parecieran estar más preocupados por conservar el poder y los privilegios, como si nuestro estado fuera de su propiedad.

Es evidente que hoy en Guanajuato no estamos bien en rubros como competitividad, seguridad, pobreza y otros temas, pero nuestra tragedia es que lo que puede llegar es mucho peor. Nadie quiere que nos gobierne una corriente ideológica que tenga a los empresarios y a los ciudadanos organizados, como enemigos; nadie quiere un alcalde o alcaldesa que destine el presupuesto público para manipular al pueblo mediante dádivas electoreras; nadie quiere a alguien que busque desaparecer los consejos ciudadanos o que quite los apoyos a las fundaciones o asociaciones filantrópicas; ni tampoco se quiere una corriente política que busque estatizar todo (transporte, rastros, multas, etc.) y que considere que los eventos que generan derrama económica en son innecesarios e irrelevantes. 

Todo lo anterior ya lo ha manifestado la fracción de Morena en el Ayuntamiento de León, y de ahí nuestra insistencia que se asegure la postulación de los mejores perfiles y con ello se garantice la prevalencia de un gobierno que respete a los ciudadanos, lo cual ha sido determinante en el crecimiento y pujanza de nuestra entidad.

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