Con el ánimo de hacer su mejor esfuerzo y tratar de cumplir al menos una vez con la ley “porque no me digan que la ley es la ley”, o “váyanse al diablo con sus instituciones”, AMLO se refirió a la senadora Xóchitl Gálvez como “la innombrable”, al no poder pronunciar su nombre de acuerdo a un mandato del poder judicial, para no cometer violencia política de género en su contra durante las alevosas conferencia matutinas.
Xóchitl, la supuesta innombrable, es una ejemplar aspiracionista de extracción humilde, luchadora excepcional, feroz defensora de los pueblos indígenas abandonados por AMLO porque escasamente votan y, por ello, son excluidos de sus programas sociales electoreros. “La innombrable”, en realidad, un dechado de virtudes políticas y sociales, terminó en tiempo y forma la carrera de ingeniería sin convertirse en “fósil” al no haber requerido 14 años para terminarla. Es experta en robótica, en sustentabilidad, una empresaria exitosa, de incuestionable reputación, en su caso, en efecto, todos sabemos de qué ha vivido, por lo cual AMLO no podrá chantajearla. Xóchitl fue premiada, ella sí, por el World Economic Forum como una de las 100 líderes globales del futuro del mundo. Xóchitl comprende con evidente facilidad, al ser una mujer moderna, las ventajas del Nearshoring, del acelerado crecimiento económico, de la creación de empleos y de la importancia de las plantas generadoras de energía eólica y solar, la limpia y barata. Conoce los mecanismos para rescatar a los sectores vulnerables de la pobreza sin lucrar electoralmente con su marginación. ¿Xóchitl es la Innombrable? ¿Verdad que no pertenece al neolítico?
Si por alguna razón AMLO quisiera impedir a cualquier costo, insisto, a cualquier costo, el acceso de Xóchitl a la presidencia de la República, es porque ella impondría sin tardanza el Estado de derecho, con todas las consecuencias penales previsibles para los gerifaltes de la 4T que han encabezado uno de los “gobiernos” más corruptos de la historia patria. ¡Claro que para la tal “innombrable” la ley sí es la ley, por supuesto que sí lo es.!
Otro supuesto “Innombrable” es Carlos Salinas de Gortari, quien, junto con Jaime Serra, instrumentaron el TLC que hoy en día implica intercambios comerciales “solo” por 500 Mil Millones de dólares anuales, o sean más de 1,300 millones de dólares al día. ¿Qué haríamos hoy sin el T-MEC? El TLC provocó una catarata de inversiones extranjeras, una competencia justa, una expansión de la economía con contratación de empleos, generación de riqueza, disparo en la recaudación federal y local, eficientes estímulos para la producción nacional y fomento en la cooperación con nuestros socios de norte, prestigiando en el mundo la marca México. Errores sí los hubo, ¿quién no los comete?, pero, insisto: ¿Qué sería de nuestro país si el “Innombrable” de Salinas Gortari no hubiera suscrito el TLC?
Si en los dos ejemplos anteriores me he referido a dos supuestos innombrables, me pregunto, ¿cómo etiquetar a quien desperdició 400 mil millones de pesos al cancelar un Hub internacional como el que iba a ser el AICDMX con una captación de 100 mil millones de dólares anuales, según la IATA, con los que ya soñaría hoy Ramírez de la O? ¿Cómo calificar a quien despilfarra 300 mil millones de pesos de los ahorros públicos en una refinería cuando se construyen autos eléctricos y todavía no construye un gasoducto para transportar combustible a los centros de consumo de un costo abismal insospechado, en lugar de modernizar las 6 refinerías ya existentes? ¿Cómo llamar a quien canceló las estancias infantiles, las escuelas de tiempo completo, los comederos comunitarios, los refugios para mujeres golpeadas, le arrancó las costras sociales e históricas a la nación, la dividió en términos suicidas y elaboró, a escondidas, libros de texto orientados a la estupidización de la niñez para arruinar, una vez más, el futuro de México? ¿Cómo adjetivar a quien abraza al narco que envenena a las familias mexicanas, atenta contra nuestra economía y provoca severos desencuentros con los Estados Unidos? ¿Cómo adjetivar a quien pretende extinguir al INE, nuestro árbitro electoral, y soborna a nuestras fuerzas armadas, con propósitos aviesos?
Llevemos a cabo una encuesta para identificar al verdadero innombrable. ¿Quién será.?
Gsz