MIENTRAS siguen los debates entre los tres finalistas del Frente Amplio por México muchos se preguntan si Beatriz Paredes realmente puede alcanzar a Xóchitl Gálvez, quien parece llevar una cómoda ventaja.
Y ES QUE, mientras Santiago Creel cayó al tercer lugar en los sondeos de opinión, la representante del PRI se acerca a la puntera y, además, cuenta con la capacidad de “movilización” de su partido.
LAS REGLAS de la contienda indican que habrá dos criterios para la selección y que cada uno contará el 50 por ciento: el mayor número de votos en la elección interna y los resultados de las encuestas.
LA DUDA es qué ocurrirá si la cargada tricolor le da el triunfo a Paredes en la votación y Gálvez resulta triunfadora en las encuestas pero por un margen menor si los priistas operan para manipular el resultado.
ANTE ese escenario existe el peligro de que el objetivo principal del Frente, que es presentar a una candidata o candidato capaz de derrotar a Morena, se diluya en medio del tira-tira de los intereses partidistas.
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DURA se está poniendo en Tabasco la contienda por la candidatura de Morena a la gubernatura que estará en juego el próximo año.
QUIENES saben cómo se le quitan las espinas al pejelagarto dicen que el pleito es entre dos bandos: los “Fundadores” y los “Adancistas”, el grupo político de la corcholata presidencial Adán Augusto López.
EN EL PRIMER equipo están los amlistas de toda la vida, como el encargado del Tren Maya, Javier May, y el director de Pemex, Octavio Romero, quienes, por cierto, apoyan a Claudia Sheinbaum para el 2024.
EN EL OTRO frente están el gobernador interino, Carlos Merino, y quienes aspiran a sucederlo, como Yolanda Osuna, alcaldesa de Villahermosa; el tres veces candidato perdedor, Raúl Ojeda, y Rosalinda López, hermana de Adán Augusto y esposa del gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón.
Y AUNQUE queda claro que la decisión final la tomará el gran elector de Palacio Nacional, en tierras tabasqueñas dicen que el resultado de Adán Augusto en el proceso por la candidatura presidencial influirá… y mucho.
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POR CIERTO, nomás no se entiende el misterio que se traen Mario Delgado y la cúpula de Morena con los nombres de las encuestadoras que decidirán a su candidato presidencial.
EN MEDIO del debate sobre cuáles debieron participar en el sorteo y cuáles no, todos hablan de ellas pero nadie las llama por su nombre.
¿TENDRÁN claro que mantener secreto el nombre de las encuestadoras hasta el 6 de septiembre no sólo afecta la transparencia del proceso sino que incluso abona al sospechosismo? Es pregunta que no vendrá en la encuesta.