Las playas de la Costa Azul de Francia son hermosas, pero rocosas. Están formadas por guijarros que el calmo mar de la bahía de los Ángeles no ha alcanzado a pulverizar. Aun así, Niza y su zona circundante han sido un destino turístico muy importante durante mucho tiempo. La reina Victoria de Inglaterra popularizó la ciudad al acudir a ella en varias ocasiones para tomar sus vacaciones de invierno en un palacio sobre la colina de Cimiez. Un largo paseo costero, la Promenade des Anglais, el Paseo de los Ingleses, recuerda esos tiempos en que los visitantes británicos llegaban en grandes números inspirados por su monarca. 

Para un mexicano acostumbrado a las playas de arenas blancas y finas, las de Niza son quizá decepcionantes, pero el turismo no se aleja por los guijarros. Francia sigue siendo el país con más visitantes internacionales. Una parte muy significativa llega a París en cualquier época, pero el turismo de playa, particularmente en Niza, Cannes y Saint-Tropez, en la Costa Azul, es muy importante. Niza es el segundo destino turístico de Francia, después de París. No depende solo de las playas. Cuenta con una hermosa ciudad antigua y una vida cultural intensa. Henri Matisse, el pintor, describía la luz de Niza como algo que “venía de abajo, como las candilejas de un teatro. Todo era falso, absurdo, asombroso, delicioso”. 

México ha avanzado en el mercado del turismo internacional. Se encuentra ya en el sexto lugar en visitantes internacionales con 38.9 millones en 2022 cuando era noveno con 20 millones en 2000. En términos de ingresos ha subido del lugar 17 en 2018 al noveno en 2022, con 28 mil millones de dólares, 49 por ciento más que en 2021 y 14 por ciento más que el año previo a la pandemia, 2019, según el secretario Miguel Torruco. Una de las razones por las que el turismo en México se ha fortalecido fue la decisión del presidente López Obrador de no cerrar las fronteras en la pandemia ni exigir requisitos de vacunación. Si bien la decisión fue criticada, me parece acertada. No hay indicios de que las restricciones a viajeros hayan ayudado a disminuir los daños del covid. 

Los numerosos visitantes que este fin de verano inundan las playas y las calles de Niza revelan que el temor a viajar ha descendido o desaparecido. El largo encierro de la pandemia ha impulsado el deseo de millones por viajar y lograr experiencias presenciales en un mundo en el que nadie tiene comprada la vida. Las aerolíneas y los proveedores de servicios turísticos están trabajando al tope. Esto lo veo aquí en la Costa Azul, pero también en nuestro país. 

Para México el turismo genera ingresos y oportunidades. Es cierto que no tenemos algunas ventajas de Francia, como la cercanía a otros países de Europa que permite a millones de extranjeros llegar con facilidad y a bajo costo, pero nuestros destinos tienen ventajas con las que no cuentan ni siquiera centros tan famosos como los de la Costa Azul. 

La vieille ville de Niza, con sus callejones y edificios de los siglos XVII al XIX, le dan gran atractivo a una ciudad, que no depende solamente de la playa para atraer visitantes; pero en México los vestigios arqueológicos son un imán cultural todavía más poderoso. Los hoteles mexicanos son usualmente de mejor calidad que los europeos, incluso los de un destino tan importante como Niza. Y está también la calidad de las playas. Ni siquiera el sargazo en Quintana Roo borra el hecho de que la fina arena de las playas mexicanas es más agradable que la mejor de las playas de guijarros de la Riviera Francesa. Nuestras playas invitan a acostarse y soñar, incluso a hacer el amor, cosa que nadie podrá hacer sobre una cama de piedras. 

Recuperación

Las ventas de Air France-KLM aumentaron 14 por ciento a 7,600 millones de euros en el segundo trimestre de 2023 mientras que las utilidades subieron 80 por ciento a 604 millones (Financial Times). La recuperación de la aviación comercial ya está aquí. 

 

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Gsz

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