Javier Milei, el ferviente defensor del libre mercado que se ha convertido en uno de los favoritos para ganar las elecciones presidenciales del 22 de octubre en Argentina, ha dicho que quiere convertir a su país en un estrecho aliado de Estados Unidos. 

Pero, si gana, Milei tendría un problema inmediato: ha criticado repetidamente al Presidente estadounidense Joe Biden. 

Milei, quien ganó el mayor número de votos en las primarias del 13 de agosto en Argentina, es un admirador del expresidente Donald Trump y del expresidente brasileño Jair Bolsonaro.

Ha dicho que, si es elegido, adoptará el dólar estadounidense como moneda oficial de Argentina y convertirá a Estados Unidos e Israel en los aliados más cercanos de su país.

Pero Milei también ha dicho que Biden es un “socialista”, haciéndose eco de una alocada afirmación de Trump que no le cae nada bien a los funcionarios estadounidenses. 

Si Milei gana, tendría que lidiar con Biden en la Casa Blanca durante por lo menos trece meses, o durante todo su mandato si Biden es reelegido. Y Biden tiene buenas posibilidades de ser reelecto si le toca competir contra Trump, un ser horrible que además enfrenta múltiples causas penales.

En una entrevista reciente, Milei me dijo que “claramente, el partido Demócrata (de Biden) tiene un perfil socialista”. Cuando, sorprendido, le pregunté si cree que Biden es socialista, Milei respondió: “Para mí, es alguien que tiene, digamos, un perfil socialista. Sí. Socialista moderado, pero es socialista”.

Es cierto que los candidatos de todo el mundo dicen cosas de las que luego se arrepienten durante las campañas. 

Y es cierto que los presidentes que son insultados por otros suelen hacerse los distraídos, para no dañar las relaciones los países. 

Pero Bolsonaro tuvo que esperar dos años y medio en conseguir una reunión privada con Biden después de que el presidente brasileño apoyó abiertamente Trump y criticó a Biden. Bolsonaro recién pudo reunirse en privado con Biden el 9 de junio de 2022, durante la Cumbre de las Américas en Los Ángeles.

Si Milei gana en Argentina, es difícil creer que Biden lo invite a la Casa Blanca, y le dé una plataforma propagandística a un presidente que lo critica. 

Además de ayuda de Estados Unidos para llevar adelante su plan de dolarizar la economía, Milei necesitaría la asistencia de Biden para negociar la deuda de Argentina con el Fondo Monetario Internacional, y para buscar mejores acuerdos comerciales entre Estados Unidos y Argentina. 

Pero Benjamin Gedan, director para América Latina del Wilson Center, un centro de estudios de Washington D.C., señala que Biden es un maestro en poner la otra mejilla cuando es insultado por los líderes latinoamericanos.

“No creo que la relación sería abiertamente hostil, porque Biden tiene claramente suficientes retos en política exterior como para querer buscarse peleas en América Latina”, me dijo Gedan. “Pero una reunión en la Casa Blanca no sería probable a corto plazo”. 

Además de buscar mejorar las relaciones con Washington, Milei tendría que ganarse el apoyo de la comunidad de negocios argentina. Aunque la mayoría de los empresarios simpatizan con las ideas de libre mercado de Milei, muchos temen que un gobierno suyo provocaría una mayor inestabilidad. 

Milei es un fenómeno mediático unipersonal, que no tiene un partido político importante, y no tendría mayoría en el Congreso. Los sindicatos le harían huelgas desde el primer día, y habría aún más incertidumbre que ahora, dicen varios empresarios.

Para que Argentina salga de su crisis económica crónica con o sin Milei, el país necesitaría un acuerdo a largo plazo entre sus principales partidos políticos, algo parecido a los Acuerdos de la Moncloa de 1977 en España. 

Allí, los partidos y los sindicatos acordaron políticas de estado básicas para frenar la inflación, sanear la economía y proteger la democracia. 

Un acuerdo de este tipo no está a la vista en Argentina, pero puede ser la única forma de que el país vuelva a ganar la confianza de los inversionistas y reactive su economía.

Mientras tanto, Milei se haría un favor si dejara de atacar al presidente del país con el que quiere ser mejor amigo.

 

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