A primera vista, el triunfo de la candidata de izquierda Luisa González en las elecciones del 20 de agosto en Ecuador parecería anunciar un regreso del partido del expresidente populista Rafael Correa al poder. Sin embargo, hay cada vez más indicios de que el joven empresario de centro-derecha Daniel Noboa, que quedó en segundo lugar, podría ganar la segunda vuelta del 15 de octubre. González, una candidata puesta por Correa, obtuvo el primer puesto en las elecciones con el 33.3% del voto. Correa no pudo presentarse porque ha sido condenado a ocho años de prisión por cargos de corrupción, y se fugó a Bélgica.

Pero, contrariamente a lo que esperaba, González no obtuvo el 40% de los votos que necesitaba para ganar en primera vuelta. Ahora tendrá que medirse en octubre contra Noboa, de 35 años, quien contra todos los pronósticos llegó segundo con el 23.7% de los votos, y se ha convertido en la nueva estrella política del país.

Noboa es hijo del hombre más rico de Ecuador, el magnate bananero y cinco veces candidato presidencial Álvaro Noboa, y no figuraba entre los seis aspirantes presidenciales más populares una semana antes de las elecciones. Su pase a segunda vuelta sorprendió a todos. La popularidad de Noboa se disparó repentinamente, sin que la detectaran los encuestadores, tras su actuación tranquila en el debate preelectoral del 13 de agosto, en el que se abstuvo de insultar a otros. Ahora, Noboa es el mejor posicionado para ganar en octubre. Puede conseguir el apoyo de los votantes anti-correístas de otros partidos, y de algunos correístas moderados que no se sienten amenazados por él.

“A González le va a costar mucho ganar la segunda vuelta”, me dijo Santiago Basabe, profesor de ciencias políticas de la universidad de ciencias sociales FLACSO, en Quito. “No me sorprendería que Noboa gane la segunda vuelta por más de 10 puntos porcentuales”. Noboa, que obtuvo maestrías en administración de empresas y políticas públicas en las universidades de Nortwestern, Harvard y George Washington, se ha beneficiado indirectamente de la ola de violencia que sacude a Ecuador. La tasa de asesinatos en el país se ha disparado, y el reciente asesinato del candidato Fernando Villavicencio perjudicó gravemente al correísmo. Villavicencio, un experiodista, había denunciado a Correa por corrupción masiva, y era su crítico más acérrimo en la campaña electoral. Correa denunció el asesinato, pero muchos anti-correístas se lo achacan a fuerzas del expresidente.

Villavicencio quedó en las papeletas electorales tras su muerte, y obtuvo el 16.5% de los votos. La gran mayoría de sus partidarios son anti-correístas que probablemente apoyarán a Noboa en octubre, me dijo Basabe. John Polga-Hecimovich, profesor de Estudios Latinoamericanos en la Academia Naval de Estados Unidos, dice que Noboa también tiene buenas posibilidades de ganar porque se lo percibe como más fuerte que su rival en cuestiones de seguridad. “El debate político en Ecuador se ha centrado en la seguridad, y eso lo ayuda a Noboa”, me dijo Polga-Hecimovich. “Puede pasar a la ofensiva en las próximas semanas, señalando el dudoso legado de Correa en materia de delincuencia y seguridad”.

Muchos expertos en seguridad dicen que la actual ola de violencia en Ecuador es producto de las políticas de Correa durante su gobierno. El expresidente hizo acuerdos con las pandillas del narcotráfico, y expulsó del país a la base militar antinarcóticos estadounidense de Manta en 2009. Lo que fue más grave, Correa permitió la entrada al país de mafias de la droga colombianas, albanesas y eslovenas bajo su política inmigratoria de “ciudadanía universal”, que autorizaba la entrada al país a prácticamente cualquier extranjero que quisiera hacerlo. La candidata de Correa aún podría ganar en octubre, porque tiene un partido mucho mejor organizado que Noboa, que gobierna en las ciudades de Quito y Guayaquil. Y el partido izquierdista de Correa se beneficiará también de los recuerdos de la bonanza económica del boom petrolero de la década de 2000. Pero mientras la crisis de inseguridad de Ecuador siga siendo el tema central en la mente de los votantes -y todo indica que lo será en los próximos dos meses-, Noboa lleva las de ganar. Eso sería una buena noticia para quienes apoyan la democracia, y la lucha contra el populismo y la corrupción en todo el continente.
 

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