Hoy escribo sobre este tema, porque no quiero dejar pasar un evento tan raro como importante, al menos para la ciudad de León, Guanajuato. Hace unos días me levanté leyendo un breve artículo que me sorprendió gratamente, algo que no había leído o escuchado de un político en muchos años. El síndico del Ayuntamiento, José Arturo Sánchez Castellanos, haciendo una especie de reclamo a un grupo de empresarios que habían desaprovechado una reunión con la Alcaldesa y su equipo, para cuestionarlos sobre la preocupante situación que vivimos en materia de seguridad.
Con frases como, “no escuchamos sus reclamos (de los empresarios), que respetuosos y puntuales, son totalmente bienvenidos y necesarios”; “esas reuniones deben aprovecharse para exigirle a las autoridades resultados”; “la crítica ciudadana es muy importante para todos los que participamos en el gobierno de la ciudad”; “debemos entender que no es útil tener encuentros que sean días de campo”, y puedo seguir citando conceptos de dicho artículo que integrados, nos recuerdan el verdadero espíritu de la política, proveniente de la ‘polis’ griega o ciudad y cuyo significado se centra principalmente en el diálogo, el debate de ideas y el consenso de los ciudadanos acerca de la mejor manera de convivir y gobernar en su propia comunidad.
Es raro encontrar un político que en el discurso, pero sobre todo en los hechos, entienda que estimular y escuchar la opinión y la crítica de sus gobernados, reconocerla y procesarla positivamente, es la mejor manera de ganar la confianza del ciudadano, de tener un diagnóstico más claro, de proponer soluciones más efectivas e incluso de hacer corresponsable y comprometer a la ciudadanía a participar activamente en la mejora de las condiciones de vida y de convivencia.
Por otro lado, la segunda parte de mi reflexión va dirigida a responder la petición de José Arturo, de dar una opinión respetuosa y puntual acerca del grave problema de inseguridad y violencia que sufrimos.
En el mes de julio, León superó por primera vez en su historia, la cifra de 100 homicidios dolosos en un mes (103), convirtiéndose en la ciudad del país con más muertes violentas. Reconocemos las actividades de nuestra Policía y sus informes de resultados en ciertos rubros, como las actividades de prevención, la atención a faltas administrativas, la confiscación de armas o la recuperación de autos robados; pero desgraciadamente, debido a la gravedad de la situación que vivimos, esto poco interesa a la sociedad.
Lo que verdaderamente nos preocupa, es todo lo relativo a los crímenes de alto impacto, lo que pone en riesgo nuestra integridad y nuestra vida, lo que nos ha quitado lo más preciado que tenemos: la paz y la tranquilidad de circular y de disfrutar nuestra ciudad junto a nuestros seres queridos.
Los homicidios no relacionados con el narco, que suman entre el 10 y 20% del total, incluidos los asesinatos de muchas mujeres y niños, las lesiones en la vía pública, los asaltos con violencia, las extorsiones a negocios y empresas, etc.; y que buena parte de ellos ocurren en zonas marginadas y menos atendidas, donde la gente tiene menos recursos para defenderse y protegerse. Nuestras autoridades municipales y estatales parecen no tener una estrategia clara y contundente para esta parte del problema, por mucho, la más importante y sensible para la ciudadanía.
Por último, quiero aprovechar para plantear una pregunta, que he querido hacer desde hace muchos meses y que estoy seguro muchos ciudadanos se hacen también: ¿Es válido que un alcalde o alcaldesa se distraiga abierta y claramente, muy temprano en su gestión, pensando y trabajando para una candidatura futura, cuando ha recibido la enorme responsabilidad de gobernar una ciudad, como la mayoría de las ciudades en México, con grandes problemas y carencias? ¿Ustedes que opinan?
LALC