El fabuloso reportaje reciente del New York Times que transcribe el contenido de comunicaciones interceptadas por la DEA entre sicarios de “Guerreros Unidos” y las autoridades civiles y militares de Iguala, respecto al asesinato de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, deja al descubierto por qué nuestro señor López se opone a que la DEA opere en México.

El señor no lo desea porque la capacidad técnica de inteligencia por parte de esta organización norteamericana, responsabilizada con la lucha contra el narcotráfico, EXHIBE crudamente la enormidad de la CORRUPCIÓN que impera en México y la colaboración de autoridades civiles, así como militares, con las organizaciones criminales mexicanas.

La VERDAD siempre incomoda a los tiranos, pues les impide manejar su versión de ésta, que en los casos de autoritarismo sólo hay UNA: la del tirano en turno.

El que se sepa la verdad de Ayotzinapa incomoda al señor López porque, entre otras cosas, lo coloca en una tremenda disyuntiva con respecto a la SEDENA.

Por una parte, el señor militariza el País a pasos agigantados, cada día que pasa poniendo en manos de los militares segmentos clave de la operación de nuestra sociedad.

Y por la otra, las intercepciones de la DEA dejan claro que el Ejército no es del todo confiable, que algunos de sus miembros pueden ser -y han sido- corrompidos por organizaciones criminales y, lo peor, que algunos miembros han cometido atrocidades violatorias de las leyes militares y civiles.

Mismas que ameritarían castigos a incluso altos mandos, por ejemplo, los del Ejército y la Marina que en 2014 “vigilaban” la zona de Iguala, que HOY, hoy, hoy, ocupan cargos importantes dentro de nuestras Fuerzas Armadas.

Se le ha dicho a la opinión pública que por lo menos hay 16 miembros del 27avo Batallón de Infantería presos por el caso de los normalistas asesinados.

¿Y qué del grupo de la Marina que, por evidencias recabadas, ayudó a modificar la escena del basurero/sitio supuesto de incineración para sembrar evidencia que se ajustara a la “versión histórica” del asesinato de los normalistas, por cuya divulgación está hoy preso el ex Procurador, Murillo Karam?

Salta a la vista el hecho de que SUPUESTAMENTE los militares detenidos están procesados por tribunales militares en juicios, que -si acaso se han llevado a cabo- son CERRADOS, opacos, en los cuarteles.

Y no, como debería de ser, dentro de juzgados civiles con plena transparencia, ya que sus delitos pertenecen al Ministerio Público civil.

El procesar en los tribunales militares estos juicios de serias violaciones a las leyes civiles, que incluyen crímenes sumamente serios, se presta a ENCUBRIR a los culpables.

Recordemos que el Fiscal especial Omar Gómez Trejo solicitó a la FGR la detención de los militares inculpados, cosa a la que la FGR (presumiblemente por órdenes presidenciales) SE NEGÓ a hacer.

Tanto tejemaneje deja ver claramente por qué el señor López se ha volcado en críticas y repudios contra la DEA y es fecha que REHÚSA otorgarle permiso para operar en México coadyuvando con nuestras autoridades en la lucha contra el narcotráfico y sus efectos nocivos, como sería la CORRUPCIÓN de las autoridades civiles y militares.

El reportaje del New York Times que da cuenta de 23 mil mensajes interceptados resulta LAPIDARIO para México, ya que aunque se refiere a sucesos del 2014, por asociación AFECTA la integridad de MANDOS militares en FUNCIONES aún HOY.

Mandos en los que el señor López ha depositado no sólo toda su confianza, sino la operación de nuestras ADUANAS, puertos, aeropuertos, espacio aéreo, construcciones de infraestructura y ahora hasta una AEROLÍNEA.

Dentro de todo esto debemos enmarcar el bochornoso incidente en el que nuestro ex Secretario de Defensa fue detenido en Estados Unidos por presuntamente tener nexos con cierto cártel.

Recordemos que el señor López armó un escándalo y presionó para que fuera regresado a México para ser juzgado aquí, pero la sospecha de las autoridades norteamericanas sigue en el aire y no puede menos que fortalecerse con el contenido de los mensajes revelados.

Den por hecho, amigos, que en los meses venideros revelaciones similares a la del NYT serán la norma y no la excepción.

Gsz

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