¿Y si los padres y madres de familia de todo el país no mandaran tan solo un día a sus hijos a la escuela a modo de una justificada protesta por los libros de texto tóxicos y retardatarios, las herramientas idóneas para insistir en la destrucción de México? Un día, sí, solo un día para demostrarle al gorilato que con nuestros hijos simplemente, no. Volvamos a imponer la reforma educativa de Peña Nieto, un mérito imposible de ocultar. ¿Y si saliéramos a las calles para reclamar la falta de medicamentos y la cancelación de los servicios vitales de salud?

¿Y si el pueblo reclamara airadamente en las plazas públicas la crudelísima cancelación de las normas oficiales, de cuya existencia depende la curación de enfermedades imposibles de costear en un sanatorio privado, como el cáncer de mama, el cérvico-uterino, el de próstata, el tratamiento de adicciones, de la diabetes, el de la hipertensión y el apoyo a la lactancia materna, entre otras 37 normas más derogadas en perjuicio, sobre todo, de los mexicanos marginados, en nombre de quienes AMLO llegó al poder? ¿Qué será de nuestros compatriotas vulnerables sin derechos laborales? La 4T es, por definición, cruel y despiadada. Y que no me vengan a hora con que el IMSS Bienestar se va a hacer cargo de 50 millones de mexicanos sin acceso a los servicios de salud.

¿Y si los mexicanos esquilmados por el hampa a lo largo y ancho del país, los millones de ciudadanos obligados a pagar el derecho de piso, en buena parte compartido con la “autoridad”, bloquearan durante un día carreteras, puentes y aeropuertos para protestar por el asesinato de sus socios o familiares que se negaron a financiar a los criminales ante la amenaza de ver incendiados sus negocios o destruidos sus árboles y sembradíos o hundidos sus barcos camaroneros y pesqueros? 

¿Y si nos organizáramos para paralizar a nuestro país tan solo un día con tal de demostrarle al “gobierno” el hartazgo de toda la nación? ¿No sería un buen preparativo de cara a las elecciones del 2024, las más importantes de nuestra historia?

¿Nos vamos a quedar inmóviles, como si no fuéramos una sociedad civilizada, cuando cada 15 minutos asesinan a un mexicano, matan a 11 mujeres al día y cada hora desaparece un compatriota, en el entendido de que ya contabilizamos 160 mil homicidios dolosos y 40 mil desaparecidos en casi 5 años de presunto bienestar? Si tomamos en cuenta el millón de muertos durante la pandemia llegaríamos a la conclusión de que se trata de 4 veces más fallecidos que los caídos a raíz de nuestro movimiento armado de 1910 y de la rebelión cristera juntos, tema del que me ocuparé posteriormente.

¿Y si saliéramos a demandar las promesas incumplidas de AMLO como cuando aseguró que creceríamos al 4% antes de la pandemia y en realidad, estamos padeciendo el peor sexenio en materia económica desde 1935, o sea de los últimos 100 años? ¿Y si un día, solo un día, nadie o muy pocos, salieran a la calle ni asistieran a sus trabajos ni utilizaran sus automóviles ni el transporte público, un país desértico, en protesta por el catastrófico desperdicio del ahorro nacional, cuando AMLO despilfarró 1,500 billones de pesos (billones, no es error de dedo), entre la escandalosa cancelación del AICDM, la refinería de 2 Bocas, sin olvidar que se fabricarán, en el corto plazo, solo autos eléctricos, el aeropuerto del AIFA, que nació quebrado, al igual que ocurrirá con el Tren Maya, para ya ni hablar de los 500 mil millones de pesos destinados a subsidiar el precio de las gasolinas, cuando existen 50 millones de conciudadanos en la pobreza y en la informalidad y 40 % de las escuelas públicas de primaria carecen de servicios sanitarios para los pequeñitos y subsiste el hambre entre otros millones de los nuestros?

En fin, la idea es mostrar unión y músculo de cara al 2024. Mientras surjamos como una sociedad viva y protestemos por los críticos servicios sanitarios, por los crímenes, por la parálisis económica, por la educación y por la división entre nosotros, más estimularemos la efervescencia política, contagiaremos el terrible malestar para que el 2 de junio del 2024, con Xóchitl, empecemos el arduo proceso de reconstrucción de la patria que vio aterrada el arribo de un nuevo gorilato que ha dado marcha atrás por 50 años a las manecillas de la historia. ¿Y si..? ¡En marcha!

Gsz

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