‘El futuro comienza hoy, no mañana’.
Juan Pablo II

Nos encontramos ante el análisis del quinto informe del gobierno presidido por López Obrador, y desafortunadamente se aprecian sombras y desaciertos palpables en la política social de estos años, según la Fundación Miguel Estrada Iturbide (FMEI), delineando lo señalado por la FMEI en las siguientes líneas. 
¿Es posible que el presidente no perciba las apremiantes necesidades que nuestro país enfrenta? Las bases de un futuro más prometedor para nuestros niños y adolescentes, así como para otros grupos en situación de vulnerabilidad, requieren una atención inmediata y decidida.
Según la UNICEF, en México más del 50% de los 40 millones de niñas, niños y adolescentes viven en condiciones de pobreza. Si hablamos de la comunidad indígena este porcentaje asciende al 91%. Es inaceptable que, aún en la actualidad, el 12% de los menores de cinco años padezcan desnutrición crónica. Además, es alarmante que 8 de cada 10 estudiantes no alcancen los estándares educativos esperados y que 4 millones no asistan a la escuela. Sin olvidar que en los últimos cinco años, diariamente 3.4 jóvenes y niños pierden la vida de manera violenta -asesinados-.
Las cifras hablan por sí solas, y es imperativo reconocer que en materia social no es suficiente dar transferencias económicas. Se necesita una política social más integral que fomente el pleno ejercicio de los derechos humanos y sociales, respaldada por estrategias concretas y servicios institucionales que se enfrenten a los retos que nuestra población experimenta.
En materia educativa, la falta de continuidad es evidente. Tres secretarios de educación en un solo sexenio y serias deficiencias en materiales educativos muestran una dirección incierta en esta área. Sin evaluaciones confiables y con recursos insuficientes, enfrentamos desafíos como el rezago y la deserción escolar a niveles nunca vistos. El gasto educativo, la cobertura y los beneficiarios de becas con menos ingresos, continúan por debajo de los niveles de 2018, año en que se instaló este gobierno. El sistema de salud tampoco ha sido inmune a estos desaciertos. 
Las bajas coberturas en vacunación infantil, la no aplicación del tamiz metabólico ampliado para detectar y tratar oportunamente enfermedades congénitas, el desabasto de medicamentos esenciales como los oncológicos, la alta prevalencia de obesidad infantil y adolescente, la ausencia de políticas de prevención y promoción de la salud para la población en general, las amenazas de cancelación de las normas oficiales mexicanas para la atención de estos grupos etáreos son claros indicadores de que no se está priorizando la salud de nuestros niños y jóvenes y se está poniendo en grave riesgo su desarrollo humano para el futuro.
El saldo de los olvidados por este gobierno de Morena y aliados incluye también a las personas con discapacidad a las que ofrece 50 pesos al día, mientras tres millones de ellas viven en la pobreza según el Coneval, y se ven obligadas a destinar más del cien por ciento de sus ingresos anuales para atender su salud. Los adultos mayores enfrentan desafíos económicos alarmantes, pues ocupan buena parte de la pensión que reciben para la compra de atención médica y medicamentos ante las insuficiencias que causó la desaparición del Seguro Popular, el Insituto Nacional de Salud para el Bienestar y  ahora los servicios de salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar. 
El Presidente ha mostrado que no le importan las mujeres, su bienestar o su calidad de vida. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) para las Mujeres alertó que, al ritmo de reformas y acciones de política social actual, las mujeres lograrán la igualdad frente a sus pares masculinos dentro de ¡300 años! En este periodo gubernamental aumentó el porcentaje de pobreza femenina, ahora cuatro de cada diez mujeres son pobres y siete de cada diez de las mujeres indígenas. 
La ausencia de políticas públicas en la prevención y atención de la violencia contra las mujeres favorece que sean asesinadas diez cada día. Además, no se asignaron recursos suficientes para el programa de apoyo para refugios especializados para las mujeres y sus hijos víctimas de violencia de género.
A pesar de estos datos parece que a la administración actual no le concierne esta realidad. Luego de cinco años se percibe un enfoque más orientado a la retención del poder, que al bienestar y progreso genuino de la población. Por tanto, es nuestro deber como representantes de la sociedad continuar trabajando y exigiendo una mayor inversión en áreas esenciales como educación, salud, alimentación, vivienda y empleo. 
Solo con un compromiso real y políticas efectivas podremos construir un México más justo y equitativo para todos. Daremos nuestros argumentos en el debate del paquete fiscal y en especial en la programación del gasto público en política social del 2024.

 

RAA

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