POCOS, muy pocos se enteraron que la comitiva de alto nivel de Estados Unidos tuvo un momento de relax la noche del miércoles. Encabezada por el embajador Ken Salazar, la delegación completa se fue a disfrutar la gastronomía chilanga en un restaurante de la Colonia Roma.
LEJOS del riguroso protocolo, lo mismo estuvieron el canciller Antony Blinken que el secretario Alejandro Mayorkas y el resto de sus colaboradores. Por parte de México, los únicos invitados fueron la canciller Alicia Bárcena y el responsable para Norteamérica, Roberto Velasco.
Y EN el encuentro oficial de ayer no todo fue miel sobre hojuelas, pero prevaleció el tono de la canciller contra la “retórica divisiva”, en el sentido de que ambos países son aliados y no adversarios. Sobre todo, dada la enorme preocupación que tienen en Washington por la crisis migratoria y el tema del fentanilo.
UN DETALLE que llamó la atención en la reunión bilateral que se realizó en Palacio Nacional fue que la voz cantante la llevaron tres mujeres: la propia canciller Bárcena y las secretarias Rosa Icela Rodríguez y Luisa María Alcalde, aunque esta última no se quedó hasta el final.
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COMO DIRÍA el propio Ricardo Sheffield: ¡se pasan de rosca con el morenista! Y no es porque no se lo merezca. Resulta que apenas se inscribió para contender por la candidatura para el gobierno de Guanajuato y, ¡ándele!, ya le salió media docena de denuncias por violencia política de género.
EL EX PANISTA que está obsesionado con ser gobernador fue acusado por sus propias compañeras de partido ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena (no se rían, así se llama). Básicamente están pidiendo que se le niegue el registro al ex titular de Profeco.
LA RAZÓN es contundente: Sheffield tiene una sentencia firme en su contra por violencia política de género en contra de la hoy alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez. Por ley, resultaría inelegible para la candidatura. De ahí que, inclusive, las morenistas le están pidiendo también a Claudia Sheinbaum que no apoye, así lo llaman, a un violentador, misógino y machista. ¡Pum!
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CADA VEZ está más grave la plaga que azota a la UNAM. ¿Las chinches? No, los plagios. A los de Yasmín Esquivel, hay que agregar los de Xóchitl Gálvez y de Claudia Sheinbaum… más los que se sumen esta semana. Aunque, bueno, los verdaderos chupasangre que deberían preocupar a los universitarios son los que pretenden entrometerse en la elección de la próxima rectora o rector para poner a la UNAM al servicio de la 4T. Por lo pronto, un grupo de chinches intentó infestar el tomado auditorio “Che Guevara”… y los pobres bichitos salieron huyendo.
Gsz