El video llegó a mí de casualidad, en él se habla del Plan Singapur para combatir la corrupción y el delito: https://www.youtube.com/watch?v=eFI0fPBtNf0

Dos caminos se presentan en el video (titulado: “Antes del Plan Bukele existió el Plan Singapur contra la Delincuencia”) como alternativas para combatir la delincuencia: 1.- El Plan de Nayib Bukele en El Salvador y 2.- El Plan Singapur:

El primero tiene como eje la persecución de todo aquel que parezca criminal, lo cual en El Salvador es fácil, pues la delincuencia, organizada en pandillas de Maras, tuvo la ocurrencia de tatuarse para ser identificados, es decir, por un orgullo idiota, se pusieron de pechito para ser reconocidos, algo así como las chamarras con una calavera o una suástica como logotipo para identificar pandillas de motociclistas malos, muy malos y machos, muy machos…

El segundo tuvo una base muy sencilla, endurecer las penas de los delitos y un enfoque de cero tolerancia; el mensaje era simple: “La delincuencia es un cáncer y la única solución es extirparlo”.

El Plan Singapur se diseñó en base a cuatro pilares:

1.- Crear la oficina de la investigación de la Corrupción, organismo que entre sus tareas estaba investigar las cuentas bancarias de funcionarios públicos, de los gobernantes y ex gobernantes y las de sus familiares y amigos, por aquello de no te entumas (mi abuela decía, dos cosas no se pueden esconder: la estupidez y el dinero, los gringos lo expresan similar: “follow the money”) y ojo, para los corruptos era opción la pena de muerte en función de la gravedad (incluidos jueces y policías corruptos); muchos terminaron ahorcados, muchos huyeron.

2.- Presunción de culpabilidad. Ojo, mucho ojo, en tanto en México se tiene como base la presunción de inocencia, es decir, los encargados de la justicia tienen que demostrar la culpabilidad del imputado ante los juzgadores, en Singapur (igual que en El Salvador) el sospechoso tenía que demostrar el origen lícito de su dinero y de sus posesiones; de otra manera le son confiscados.

Una reflexión (sugerencia que desconozco si es verdadera) es: hay que meter a la cárcel a tres de tus amigos y/o parientes, así la gente te va a creer que verdaderamente va en serio el combate a la corrupción.

Te imaginas, estimado lector, cuantos exfuncionarios estarían en la cárcel si en México tuvieran que comprobar el origen de sus fortunas; en mi opinión, nos faltarían cárceles y muchas Iglesias, a donde van a lucirse los domingos, estarían vacías.

Un dato no menor, es que Lee Kwan Yew, el líder que terminó con la corrupción en Singapur, al igual que Nayib Bukele en El Salvador, fue cuestionado por la ONU y por Amnistía Internacional, a lo que respondía: “Singapur es un país soberano y los derechos humanos se aplican solo para quienes se comportan como humanos, pero no para violadores, corruptos y asesinos”

3.- Aumentar los salarios de servidores públicos; de manera tal que se la pensarán dos veces antes de corromperse y perder los beneficios que tenían. Finalmente:

4.- Eliminar la burocracia, consciente de que a mayor número de trámites y dificultades en la interacción con el gobierno, mayor posibilidad de corrupción (mordidas) para agilizar. La convicción de Lee fue eliminar las leyes y normas innecesarias que propiciaban la corrupción. Para ello redujo el estado, bajó los impuestos y eliminó los aranceles abriendo la economía, lo que hoy tiene a Singapur como un líder en desarrollo… Aun así, al país llegaron nuevas formas de criminalidad con los narcotraficantes, los estafadores cibernéticos y los contrabandistas, lo que llevó a una segunda revolución contra la delincuencia, basada en tecnología y ciencia (cámaras de seguridad, drones, especialistas cibernéticos, etc.) El mensaje es, la guerra contra la corrupción y la delincuencia nunca termina, quien baja los brazos o se duerme en sus laureles, ¡pierde!

La reflexión para México, desde mi óptica, empieza por tener diputados que representen verdaderamente los intereses ciudadanos, ya que en tanto quienes nos representan privilegien los intereses políticos y de los partidos, estaremos perdidos con leyes que favorecen a los malosos… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Escritor y soñador

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