El Día Mundial de la Salud Mental se conmemora todos los 10 de octubre; el objetivo que persigue, es el de recordar que la salud de cada individuo es la sólida base para la construcción de vidas plenas y satisfactorias. Se establecen estrechos vínculos entre la salud física y la salud mental, entendiendo que son pilares fundamentales para el bienestar. Las cifras disponibles muestran que, en las Américas, la mayoría de las y los niños que necesitan atención de salud mental no reciben el tratamiento necesario. Desde una perspectiva financiera, está claro que el tratamiento temprano de niños (as) y adolescentes puede reducir los costos de la atención en años posteriores, así como también los costos sociales, por los comportamientos antisociales que pueden ser resultado del fracaso del tratamiento en la temprana edad.
Además, el suicidio en los jóvenes es un problema de salud mental generalizado y es la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años. El abuso de sustancias en adolescentes también es un problema mundial. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) está trabajando con los países para elaborar programas especiales para niños (as) y adolescentes.? La elaboración de estrategias apropiadas que enfoquen a la salud mental de los niños (as), además del mejoramiento de los servicios especializados puede tener un impacto positivo muy fuerte.
Entendemos que la salud emocional es el estado de bienestar donde nos sentimos bien con nosotros mismos, con las otras personas y dentro del contexto en el que nos encontramos; cuando contamos con una buena salud emocional, somos capaces de reconocer las emociones que nos generan acciones y experiencias diversas y esto nos permite tener un estado de equilibrio anímico con nuestro entorno.
El estado de bienestar no es exclusivo de las personas adultas que cuentan con muchas actividades durante el día a día. Debemos recordar que los niños y niñas están descubriendo su mundo y que existen sentimientos que se generan conforme van creciendo y conociendo. Si bien todos los padres quisieran que sus hijos no experimentaran sentimientos negativos, preocupaciones, enojos o tristezas, estas emociones son parte de la vida y es necesario que acompañemos a las y los pequeños al reconocerlas y que los guiemos sobre cómo lidiar con ellas. Sabemos que en la infancia comienza el descubrimiento de las emociones y el intento de regularlas, así como la búsqueda de respuestas adecuadas. En estas situaciones de respuesta, tanto el aprendizaje como el desarrollo emocional van a influir, lo que se reflejará en el bienestar y calidad de vida del pequeño.
Conforme los niños crecen y comienzan a relacionarse más y más con otros niños (as) y personas en general como en la etapa escolar en donde comienzan a crear nuevas relaciones que implican un intercambio tanto emocional como social. En esta convivencia comenzarán a expresar sus emociones y a interpretarlas, por ello es importante que los niños (as) aprendan a identificar y reconocer sus emociones, que cuenten con bases sólidas sobre sus sentires para que de esta manera desarrollen habilidades de autorregulación y de respuesta ante las diversas experiencias sociales y personales.
El propósito de esta fecha es visibilizar el trastorno mental más grave que están padeciendo los miembros de la sociedad global, para generar un conjunto de estrategias que sirvan de apoyo a estas personas y les permita sobrellevar su enfermedad o curarse definitivamente. El esfuerzo por diagnosticar y tratar trastornos de salud mental en edades tempranas reduce el coste financiero en el futuro y evita todo tipo de problemas derivados, como puede ser el suicidio.
“La salud mental es un derecho humano universal”. Es un derecho básico para todas las personas. Eso incluye el derecho a ser protegido de riesgos para la salud mental y el derecho a una atención asequible, accesible y de buena calidad. Y además también se quiere garantizar que las personas que tengan problemas de salud mental no sean discriminados ni apartados de la vida comunitaria.
En esta semana celebramos también el “encuentro entre dos mundos”. La comprensión de esta historia es esencial para abordar problemas de salud mental en nuestras comunidades.
La salud mental es sinónimo de bienestar e involucra interacciones humanas de calidad que favorecen condiciones de vida digna y de humanización.
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