La invasión de Ucrania por parte de Rusia y el conflicto en Medio Oriente pueden ser el pretexto perfecto para que China invada a Taiwán, en donde literalmente ya de hace rato, tiene presencia militar.

Ucrania se nos fue olvidando al paso del tiempo, a más de un año de que fue invadida por el Ejército de Vladímir Putin y se convirtió en un hecho que forma parte de la geografía sociopolítica mundial.

El conflicto en Medio Oriente data formalmente desde 1948, en la fundación de Israel luego de la Segunda Guerra Mundial. Han existido episodios de guerras y ataques desde entonces, pero ninguno tan furioso como el que se desató con la agresión de Hamás de hace ocho días.

De horror y terror fueron las imágenes que las redes sociales nos trajeron del ataque de Hamás. Pero más asombroso es que el gobierno de Israel no pudo ser capaz de reaccionar y defender a su pueblo y a los extranjeros que ahí viven o estaban de paso.

¿Por qué no funcionó el llamado mejor sistema de seguridad del mundo? ¿Por qué no sirvió la “cúpula de hierro”, como se le denomina al sistema de defensa antiaérea?

¿Era un plan con maña para justificar la invasión a Franja de Gaza y ocupar todo el territorio palestino luego del desplazamiento de sus habitantes? Lo cierto es que estos hechos impiden siquiera imaginar la paz.

A pesar de los apoyos a las partes en guerra por un lado y por otro, lo que se ve es que nadie quiere una tercera guerra mundial, aunque el riesgo esté latente en un planeta que apenas se está recuperando de una pandemia.

Si no es una tercera guerra mundial, lo que se cierne como una amenaza es que otros países tengan el pretexto perfecto para invadir a otras naciones.

China tiene a sus fuerzas armadas (marítimas y aéreas) cercando e incursionando en Taiwán, quien a su vez es respaldado por Estados Unidos abiertamente con presencia militar y diplomática, bajo la advertencia al gobierno chino de que no se atreva a cometer un ataque.

Los orígenes de la disputa entre Pekín y Taipéi son de hace décadas, pero en los meses recientes se ha incrementado la tensión. China ve a Taiwán como una provincia separatista, mientras la isla se ve a sí misma como un país independiente, con su propia constitución y su gobierno democrático.

Con sus apoyos a Rusia y a Corea del Norte, China expresa su antagonismo con Estados Unidos, aparte del antagonismo comercial en el que China se ha ido debilitando pese a que en un momento dado fue la fábrica del mundo.

Un conflicto en Taiwán por supuesto que no le conviene a nadie incluyendo a China porque se ganaría un bloqueo económico como el que tiene ahora Rusia, por parte de Europa y de EU.

Ya entrados en gastos de estas posibilidades de más conflictos bélicos en el mundo, tampoco podemos dejar de voltear a Corea del Norte que todo el tiempo está con la vista puesta sobre Corea del Sur, territorio que en algún momento fue una sola nación, pero luego separada y ocupada por la Unión Soviética en el norte y por Estados Unidos en el sur.

Hoy son repúblicas independientes las Coreas pero las tensiones no han dejado de existir y menos con las pruebas de ojivas nucleares que a cada rato hace Kim Jong-un, provocando una tensión que incluye a Japón que se ve invadido en su espacio aéreo con el paso de misiles peligrosos.

Los conflictos bélicos lo primero que significan es muerte y destrucción que afecta de inicio a la población civil, antes que a los ejércitos. La guerra es el fracaso, es lo que ocurre cuando lo demás falló y la paz se convierte solo en un sueño ante la pesadilla real de la guerra.

jmto231967@gmail.com

 

RAA

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