Don Juan Tenorio, amenazado por el Comendador, le responde: “Los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud”. En otras palabras, para el Tenorio el tal Comendador no es más que un hablador. Ahora que una cosa es hablar y la otra ESCUCHAR. Se le atribuye a la “Dama de Hierro” la frase: “Si quieres que algo se diga, pídeselo a un hombre; pero si quieres que algo se haga, pídeselo a una mujer”.
Entonces, tal vez los miembros del “Mecanismo para el Acceso a la Verdad”, si desean que el Ejército les entregue la información que solicitan sobre los crímenes de la Guerra Sucia, de 1965 a 1990, deben esperar a que la Presidenta Xóchitl o la Presidenta Claudia les hagan caso. Esto, por aquello de que los miembros de este Mecanismo denuncian que, pese a las órdenes del Presidente, la SEDENA NO CUMPLE y NO entrega la información solicitada para intentar esclarecer los hechos.
Lo curioso es que el MAV informa que la SEDENA NO LES brinda la información, pero el macuspano afirma que la SEDENA le obedece a él y que, si éste es el caso, entonces están equivocados. ¿Cómo? ¡Le están informando al señor que sus órdenes fueron ignoradas y él contesta que no es posible porque a él le obedecen!
Resulta KAFKIANA la respuesta y la actitud del Tlatoani de Macuspana, que es la de negar y negar los hechos sin siquiera investigarlos. Los desestima a priori, con un argumento circular: el Ejército me obedece, y si yo di la orden entonces me deben de haber obedecido. De vivir hoy en México, Franz Kafka sería un autor “costumbrista”; podría realizar varias obras con las cosas absurdas que surgen todos los días en la sapiente y brillante pirámide del Poder de la Cuarta Trastornación.
Algo adicional totalmente inverosímil -y kafkiano- que surgió de la desmañanera de ayer fue cuando el Lord de Macuspana afirmó que la investigación del Caso Ayotzinapa la lleva él merito. ¡Ah, menos mal! Pensábamos que la llevaban los expertos investigadores. Pero, pensándolo bien, este factoide pudiera explicar por qué casi 10 años después de la desaparición de los normalistas y su presunto asesinato, AÚN NO SE ESCLARECE BIEN A BIEN. ¡Y eso que el mismo Tlatoani prometió desde su campaña que “llegaría a la verdad”!
No sólo no hemos llegado, sino que parece que estamos más lejos que nunca de saber qué pasó exactamente y cómo pasó. Y, por supuesto, QUIÉNES estuvieron involucrados no sólo en la desaparición, sino en la ALTERACIÓN de la evidencia post crimen, precisamente para evitar que se SUPIERA la extensa corrupción entre los narcocriminales, las autoridades civiles, policiacas y ALGUNAS autoridades militares.
De que hubo ENCUBRIMIENTO, lo hubo. Lo demostró el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes llamados al inicio, pero cuya investigación y conclusiones comenzaron a no gustar al mandamás, es decir, a quien todos obedecen (menos la SCJN, a la que por eso le pretenden expropiar sus fideicomisos).
Hay que recordar que ese grupo decidió desbandarse e irse de México, precisamente porque las autoridades militares NO LES PROPORCIONABAN la información que requerían. (Recuerden aquel famoso video que descubrieron de cómo al día siguiente de la desaparición un batallón de soldados llega al basurero de Cocula -donde supuestamente quemaron a los normalistas- y peina y rastrea el área destruyendo y contaminando la escena del crimen).
Ahora que dicen hoy que hay 16 militares presos en el Campo Militar No. 1 por actuar indebidamente en este asunto. Su juicio, castigo y cargos levantados se mantienen en total OPACIDAD, sólo se DICE que esto se ha hecho, pero fuera de demostrar que hubo mala conducta, nadie sabe con certeza detalle alguno.
Esto con o sin las órdenes presidenciales, que de paso es -según su propia admisión- el que conduce y dirige las investigaciones. Por lo tanto, será también el que cargue con la responsabilidad del RESULTADO de las mismas. O sea, podría ser el culpable de encubrir a algunos responsables o de OPACAR la información que confirme o destroce “la verdad histórica”.
Gsz