El sur del País acarrea problemas estructurales centenarios. Guerrero es uno de esos estados del México profundo donde se combinan esquemas arcaicos de producción, cacicazgos locales, y donde se fue construyendo una cultura de sometimiento al poder económico y político, que se refleja en pobreza y marginación. Difícil pensar en salir adelante sin gobiernos eficaces y sin emprendimiento colectivo. Acapulco es el paradigma de la creación de riqueza turística, pues al darles la naturaleza una bahía privilegiada, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el puerto fue un atractivo para el turismo extranjero y de la Ciudad de México.
Aunque el Pacífico es un mar tranquilo, Acapulco ha estado expuesto tanto a sismos como a las inclemencias del tiempo. Pero, aun así, ha sobrellevado las adversidades. Con malos gobernantes y un capitalismo con enorme concentración de la propiedad de la tierra y, por tanto, de la riqueza, tiene los municipios más pobres del País y en el pasado esto le llevó a movimientos sociales como la guerrilla de los años setenta. Recientemente estas realidades le llevaron a creer que el populismo sería la solución y después de décadas de ser gobernados por el PRI y el PRD, creyeron en las promesas de MORENA.
Pero la desgracia llegó para Acapulco esta semana en lo que se considera la peor catástrofe climática de su historia, pues es resultado de cambio de patrones por el cambio climático y así, a los seres humanos solo nos queda echar mano de la información satelital y tomar las medidas preventivas. Pero sucedió que nuestro Presidente, enfocado siempre en hacer política contra sus adversarios, concentró sus energías ese día en atacar al poder judicial y no en tomar medidas preventivas para Acapulco, cuando el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos emitió la alerta 19 horas antes de la llegada del Huracán Otis.
Vivimos en el mundo de las probabilidades. Los fenómenos naturales pueden presentarse en cualquier tiempo y espacio, el asunto es la probabilidad de ocurrencia y a Acapulco le tocó esa mínima probabilidad y exacto, llegó el Huracán Otis a su encuentro. Y allí los seres humanos solo podemos enfrentar los meteoros con organización comunitaria del presente y reservas financieras del pasado y ni el País ni Guerrero las tienen. AMLO adquirió deudas para el año electoral del 2024 y redujo las transferencias a los estados.
Al igual que en una empresa, que, en una familia, cuando el líder está concentrado en sus obsesiones, sin información, es incapaz de decidir para salvar a los suyos. La desgracia de Acapulco por Otis estará ya siempre ligada a López Obrador. La respuesta del gobierno federal fue tardía. Eso sí, tuvo tiempo AMLO de continuar con su obsesión contra periodistas acusándolos de atacarles y de campañas en contra de su popularidad y de alardear su popularidad. Su viaje relámpago a Acapulco era necesario pues de no haberlo hecho, amplificaría sus errores. Pobre País, que sin fideicomisos como el FONDEN (Fondo Nacional de Desastres) ha gastado sus reservas en los proyectos unipersonales de AMLO.
Guerrero es hoy un estado que sufre y que requiere la solidaridad del norte y del occidente. Las pérdidas materiales son incalculables y la población sufre con sus muertos y damnificados. De tener un País unido y convocado en concordia, todo sería más fácil para reconstruir. Pero el México del siglo XXI está hoy dividido y herido. Ha sido gobernado con AMLO desde el odio y la división entre hermanos. Mostrará AMLO su tamaño como ser humano y líder en esta desgracia. No dejará que fluya la ayuda nacional e internacional si no es por su conducto. Denunciará campañas de sus adversarios contra él. Afirmará que hay suficientes recursos a pesar de haber desaparecido el enorme FONDEN. Pero todo se paga. La realidad y la naturaleza tienen una dinámica propia y nos enfrentan en todo momento. Veremos estos días siguientes lo peor que como ser humano Andrés Manuel tiene en su incapacidad para reconocer y aceptar errores. Pudo haber actuado y prevenido con el enorme liderazgo que tiene y no lo hizo. Concentrado en sus odios, su omisión dañó el pueblo que tanto dice querer y eso, siempre se paga en esta vida donde todos, sin distinción, estamos expuestos a la realidad que nos sale al encuentro.
HLL