TRAS los daños causados por “Otis” en Acapulco, aunque la situación de emergencia obliga a restablecer lo más pronto posible el orden y garantizar la seguridad, la serenidad es mejor estrategia que las prisas que imponen las agendas políticas.

LA SOCIEDAD se ha desbordado en enviar ayuda esperando que se distribuya bien a los necesitados y, lo deseable, sería que los actores políticos pongan de su parte, como Xóchitl Gálvez, quien ha mandado un mensaje conciliatorio de colaboración.

EN CONTRAPARTE, el gobierno también puede abrirse y permitir que organizaciones y ciudadanos participen, pues vaya que hacen falta manos para enfrentar la emergencia.

ES UNA TRAGEDIA que lamentablemente tardará mucho en resarcirse, pues lo previsible es que levantar a Acapulco y a Guerrero sea una tarea de meses y hasta de años.

LA ETAPA actual es crítica y no debería haber espacio para el encono.

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SI YA quedaba claro que Petróleos Mexicanos es un barril sin fondo, los nuevos datos sobre sus finanzas dejan ver que ese tonel se está quedando hasta sin paredes.

CUALQUIER empresa a la que se le inyectan 800 mil millones de pesos y sigue acumulando pérdidas es claramente un mal negocio, pero en el caso de Pemex el gobierno federal le sigue metiendo dinero bueno al malo.

Y POR MÁS que su director, Octavio Romero, niegue los problemas y presente cifras alegres, es evidente que está mal administrada.

DE OTRO modo resulta imposible explicar que la principal actividad de Pemex que es exportar petróleo crudo no genere utilidades suficientes para que la empresa prospere siendo que cada barril se vende en 78 dólares y que extraerlo cuesta menos de 18 dólares.

¿QUÉ PASA con los 60 dólares de utilidad? Es la pregunta no del millón, sino de muuuchos millones.

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FINALMENTE Martí Batres reabrirá hoy el tramo remodelado de la Línea 1 del Metro y dicen por ahí que hubo trabajadores que estuvieron, literalmente, pasando agua hasta el último día.

EN LA estación Candelaria aseguran que ayer había zonas anegadas por las lluvias de la semana pasada y la acumulación de cascajo de las obras.

LA BUENA noticia es que el reacondicionamiento total de la mitad de una de las dos líneas más importantes del Metro de la CDMX está a punto de terminar.

LA MALA es que aún falta la otra mitad y parece que a las obras recién terminadas les están saliendo muchos “detallitos” de esos que, dentro de unos años, podrían ser descritos como “vicios ocultos” cuando algo salga mal.

HLL

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