Estaban como buitres buscando fallecidos.
Andrés Manuel López Obrador
Una vez más, el presidente se preocupa más por atacar a sus supuestos enemigos que por generar unidad en la tragedia. El 28 de octubre lanzó un mensaje en redes sociales, “Información de Acapulco”, en el que se concentraba en arremeter contra la oposición y los medios: “Quieren utilizar esta desgracia con propósitos electorales, nuestros opositores que son muy viles, los conservadores, zopilotean, no les importa el dolor de la gente, lo que quieren es dañarnos. para culparnos. regresar al gobierno para seguir robando, para seguir saqueando a México”.
Ayer retomó sus ataques y habló de “la actitud tan vil de la mayoría de los medios de información, que son de manipulación. Porque ya no pueden robar, los dueños de los medios, están aprovechándose de la desgracia para sacar algún provecho. Son temporadas de zopilotes”.
Hizo una lamentable comparación entre Otis y los dos mil muertos del huracán Katrina, también de categoría 5, en Nueva Orleans en 2005. “Nos fue bien, por lo que sea. O no nos fue tan mal”, afirmó sin ruborizarse. No entiende que cada tragedia es distinta. La razón del elevado número de muertos por Katrina no fue la intensidad de los vientos, que mide la escala Saffir-Simpson, sino una falla del sistema de diques de Nueva Orleans, ciudad que tiene amplias áreas por debajo del nivel del mar. No es el caso de Acapulco, donde los daños fueron provocados por los vientos sostenidos de 270 kilómetros por hora.
“Hay toda una campaña de desprestigio”, declaró el presidente. Y sí, quizá algunas críticas han sido injustas. El fenómeno pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5 en menos de 12 horas. Se entiende que no haya habido una advertencia días antes. El presidente dijo: “Acerca de que si se avisó, sí se avisó con tiempo”. Con tiempo no, porque el meteoro ya estaba encima. Conagua anunció a las 6 de la tarde del 24 de octubre que el huracán entraría a tierra “entre las 4 y 6 de la mañana” con categoría 5. El presidente reposteó la información a las 8:25 pm. Había ya poco tiempo, pero fuera de esos tweets no se tomaron medidas para alertar a la población y guarecerla. La cena inaugural de la Convención Minera empezó a las 9 de la noche, cuando ya los vientos huracanados eran evidentes. Nadie trató de frenar el evento.
Coincido con el presidente: Otis fue un huracán “extraordinario”, pero sus quejas ante los zopilotes suenan huecas cuando uno recuerda su reacción ante la también extraordinaria conjunción de dos ciclones, Manuel e Ingrid, el 15 y 16 de septiembre de 2013, que tuvo un saldo de 157 muertes en Guerrero, entre ellas 71 en La Pintada. Conagua afirmó que una conjunción de esta naturaleza se registra solo una vez cada mil años. El 26 de septiembre de ese año, sin embargo, López Obrador emitió un tweet que decía: “Aunque se enojen, es un hecho que Chong, EPN, Milenio y Televisa no alertaron para prevenir a la gente del huracán. Su fuerte es otro.”. Sí, le gustaba zopilotear.
Los medios tienen la obligación de investigar las tragedias. Lo han hecho ahora con Otis. Nadie podía exigirle al presidente una advertencia días antes por una tormenta tropical, pero si alguien falló fueron los gobiernos locales de Morena que, al conocer la intensidad del huracán, no hicieron nada por proteger a la población. La crítica del presidente contra León Krauze de Univisión, por ser hijo de Enrique Krauze y porque supuestamente ambos “están enfermos, les fascina, los vuelve locos el dinero, ese es su dios”, es inaceptable. Los reportajes de León Krauze han sido muestras de buen y valiente periodismo. El presidente, en vez de buscar la unidad nacional, se deja llevar por sus rencores.
Reconstruir
La reconstrucción de Acapulco se llevará necesariamente varios años. AMLO no debe equivocarse. Las inversiones las debe llevar a cabo el sector privado. El gobierno debe garantizar la seguridad, en un estado agobiado por la criminalidad, y dejar de entorpecer las inversiones privadas.
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Gsz