Este siempre ha sido el sueño de Donald Trump: deportar la mayor cantidad posible de indocumentados. Durante su presidencia (2017-2021), su administración deportó a cientos de miles. Y si logra la reelección en el 2024, tiene planes de deportar a millones más, crear grandes campos de detención y organizar redadas masivas, según una investigación de The New York Times.
El plan de Trump para el 2025 incluye “la preparación de redadas a gran escala de personas que viven en Estados Unidos sin permiso legal y concentrarlas en campamentos cada vez más extensos mientras esperan a ser expulsados”, dice el artículo. “Trump planea desalojar del país a inmigrantes que habitan aquí sin permiso legal y deportar a millones de personas cada año”.
Además, la investigación del diario – basada en conversaciones con asesores de Trump – habla de “remoción acelerada”, de ponerle fin a DACA (el programa que protege de la deportación a personas que llegaron a Estados Unidos de forma ilegal cuando eran niños), de revivir el Título 42 (que rehúsa, por razones de emergencia de salud pública, a escuchar las peticiones de asilo de personas que lleguen a la frontera sur), de limitar el número de visas y de poner a prueba las leyes de asilo y los derechos de los inmigrantes que buscan entrar a Estados Unidos.
Esto no es un secreto.
Desde que Trump lanzó su candidatura a la presidencia en el 2015 ha hecho duras y, a veces, falsas declaraciones sobre los migrantes, como aquella en que dijo que los inmigrantes mexicanos “traen drogas, traen crimen, son violadores”. Y últimamente ha incrementado su retórica contra los indocumentados.
En un evento de campaña el 8 de noviembre – el mismo día del debate entre los otros precandidatos Republicanos a la presidencia – Trump anunció los nuevos objetivos de su política migratoria, en caso de regresar a la Casa Blanca. “En el primer día voy a terminar con cada política de fronteras abiertas de la administración Biden, y vamos a comenzar la más grande operación de deportación en la historia de Estados Unidos”, dijo Trump. Y luego recibió un fuerte aplauso de miles de personas en Hialeah, en el sur de la Florida, que tiene una población hispana superior al 95 por ciento, según datos de la Oficina de Censo. Muy cerca de donde Trump dio su discurso viven y trabajan miles de indocumentados, que sostienen la vida económica de Miami.
A pesar de las declaraciones antiinmigrantes de Trump, que en otras ocasiones hubieran afectado negativamente a cualquier candidato ante los votantes latinos, el expresidente sigue fuerte en las encuestas. Entre los hispanos, el presidente Joe Biden apenas aventaja a Trump – 50 contra 40 por ciento – en un promedio de 12 encuestas a nivel nacional este año, según reportó The New York Times.
Pero el nuevo y poderoso mensaje antiinmigrante de Trump, que parecen gustar sus seguidores, pudiera perjudicarlo en las elecciones generales el 5 de noviembre del 2024. Por eso su campaña ha dicho que los planes migratorios de Trump, reportados ampliamente por la prensa, son “especulativos”, “teóricos” y “meramente sugerencias”.
La verdad es que Trump no ha cambiado mucho y siempre ha buscado la deportación de millones de personas. Pocos saben o recuerdan que después que Trump me expulsó con un guardaespaldas de una conferencia de prensa en Iowa el 25 de agosto del 2015 – y me dijo “lárgate a Univisión” -, me permitió regresar a hacerle varias preguntas. Aquí hay una pequeña versión editada:
– ¿“Cómo piensa deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados”? Le pregunté. ¿“En autobús? ¿Va a llamar al ejército”?
– “Déjame decirte algo: lo vamos a hacer de una manera muy humana”, me advirtió. “Tenemos muchísimo crimen y tremendos problemas … Esos se van a ir tan rápido que te va a dar vueltas la cabeza. Recuerda, usaste la palabra inmigrante ilegal”.
– “No, yo no uso la palabra ‘ilegal’”, le aclaré.
– “Bueno, deberías usarla porque esa es su definición”, dijo Trump.
– “Ningún ser humano es ilegal”, insistí.
– “Bueno, cuando cruzan la frontera, desde un punto de vista legal, son inmigrantes ilegales si no tienen sus papeles”.
– “Pero ¿cómo va a deportar a 11 millones?” Volví a preguntar.
– “¿Sabes cómo se llama eso? Manejo gerencial”.
Diga lo que diga Trump sobre su “manejo gerencial”, deportar a 11 millones de indocumentados es algo imposible. Pero intentarlo causaría muchísimo dolor y sufrimiento. Sus planes para expulsar a muchos, si gana de nuevo la Casa Blanca, son una seria amenaza para la comunidad latina. La mayor parte de los deportados serían latinoamericanos.
Advertencia. Estos son solo los planes de Trump y ya sabemos que muchas veces no los cumple, como su promesa de construir un muro en toda la frontera con México y que México pagara por ese muro. No hizo ni lo uno ni lo otro.
Pero todos los votantes tienen el derecho a saber, antes de una elección, qué es lo que los candidatos quieren hacer con ellos, con sus hijos, con sus vecinos y amigos, con sus compañeros de trabajo y con el país. Ya nadie podrá decir que no sabía.